Durante las últimas horas circula en la blogosfera una de esas historias que mezcla por igual ternura y humor.
Su protagonista es Frederika , una entrañable anciana húngara de 91 años, que no sólo sobrevivió al holocausto nazi, sino que durante la Segunda Guerra Mundial tuvo el valor de salvar la vida de diez judíos. Pero la edad y los recuerdos no perdonan, y unos cuantos lustros más tarde, Frederika se siente sola y deprimida.
Al menos así lo estaba hasta que de repente comenzó a gozar de unos superpoderes increíbles que le permiten levantar automóviles, sacar a pasear "volando" a su fiel ayudante canino o escalar paredes al más puro estilo Spiderman. Ahora ya no es Frederika sino Mamika. En realidad todo es fruto de la creatividad de su nieto francés Sacha Goldberger, un fotógrafo que para sacar de la depresión a su abuela, la disfrazó con un traje espectacular y la envolvio en ambientes de ficción. El resultado se puede contemplar en una magnífica colección que se expone estos días en París.
La maniobra no sólo ha hecho que nuestra superheroína recupere la sonrisa, sino que además la ha convertido en un ídolo de masas. Los fans en su página de MySpace ya se cuentan por miles y la serie Mamika se ha convertido en un viral en toda regla. Tal vez sea porque a través de las cálidas palabras de sus cientos de nuevos amigos, ella valora la fortuna que representa estar vivo.
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