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2010/11/27

HISTORIA DE LAS PLANTAS MEDICINALES DE LA CONQUISTA Y EL VIRREYNATO DEL PERU

II PARTE

EXPEDICIONES BOTANICAS EN EL VIRREINATO
A finales  del siglo XVIII se dio gran  impulso a la exploración botánica del Perú.  Durante el reinado de Carlos III se organizan 3 expediciones botánicas para la exploración de la flora americana. (Augusto Weberbauer, 1945, p.2)
1-     La expedición Botánica del Perú de Ruiz y Pavón en 1777 – 1778 ampliada por sus discípulos Juan José Tafallia, Francisco Pulgar,  hasta 1808.
2-     Expedición Botánica  de Nueva Granada dirigida por Celestino Mutis 1783 - 1816.
3-     Expedición Botánica de Nueva España dirigida por Martín Sessé 1787-1803. (Eduardo Estrella, 1991, p.16).


1- EXPEDICION BOTANICA DEL PERU DE HIPOLITO  RUIZ Y JOSE PAVON AMPLIADA POR SUS ALUMNOS JUAN JOSE TAFALLIA Y FRANCISCO PULGAR.
Los más antiguos naturalistas se habían ocupado casi exclusivamente de las plantas existentes en la costa o interesantes por sus propiedades útiles. La mayor parte de las colecciones de Jussieu, formadas en el interior, se habían perdido. (Augusto Weberbauer, 1945, p.2)

La primera expedición fue integrada por los españoles Hipólito Ruiz y José Pavón y el médico francés  Joseph Dombey quienes obtuvieron una amplia idea de la flora peruana.
El rey CARLOS III de España, fervoroso protector de los viajes científicos, resolvió enviar una expedición de naturalistas a Chile y al Perú Partieron de España el 4 de noviembre de 1777, acompañados por Joseph Dombey, médico y botánico francés, comisionado por su gobierno y encargado especialmente de buscar en el Perú plantas aptas para aclimatarse en Europa. Los tres botánicos desembarcaron en el Callao, el 8 de abril de 1778, esto es un poco antes del tiempo en que la vegetación de las lomas aparece en la Costa. Así fue que comenzaron su trabajo en Perú por la zona costanera. La flora de las provincias de Lima y Chancay, formó el contenido de la primera colección que fue enviada a Europa. Después pasaron al lado Oriental de los Andes Peruanos, donde exploraron las regiones de Tarma y Jauja, separándose de vez en cuando para tomar rumbos distintos. Trajeron a Lima una cosecha abundante. Huánuco fue el objetivo del viaje siguiente y el punto de partida para largas peregrinaciones, que se efectuaron en la región del Alto Huallaga llegando hasta las apartadas aldeas de Chinchao y Cuchero. Habiendo regresado a la Costa, Ruiz y Pavón emplearon dos meses para visitar otra vez la provincia de Chancay, quedando Dombey en Lima, reunidos nuevamente los tres viajeros se trasladaron a Chile, emprendiendo una expedición que duró dos años.
Todas las colecciones científicas que trajeron de allí a Lima, además todo el material que habían obtenido en Tarma, Huanuco y en el segundo viaje hecho a Chancay, se perdieron por un naufragio que ocurrió en la costa portuguesa (febrero de 1786). Sin embrago Dombey que dejó el Perú en abril de 1784, llevó a España siquiera los duplicados. Entre tanto, Ruiz y Pavón habían visitado por segunda vez la provincia de Huánuco, coleccionando durante tres meses en los valles de los ríos de Pozuzo y Huncabamba y pasando dos meses en la hacienda Macora, acompañados de sus discípulos Tafalla(botánico y Farmacéutico) y Pulgar (dibujante). (Augusto Weberbauer, 1945, p.2,3).
Realizaron una importante exploración botánica encontrando varias especies de quina (Chinchona sp.), también hallaron campos de coca (Erythroxylum coca) que explotaban los oriundos, y describieron varias plantas utilizadas por los indígenas como medicinas entre ellas la Planta de San Martín (Sauvagesia ciliata) “útil para los molimientos y efectos  de pecho” el achiote (Bixa orellana) cuyas semillas se usaban como excelentes diuréticos, el aitacupi (Tafallia glauca) se utilizaba para el tratamiento de la jaqueca aplicándola en forma de parches en la frente; el matapalo (Clusia rosea) resina para las relajaciones y luxaciones. La primera descripción de la coca, su cultivo y recolección la hizo Ruiz así mismo su uso en las descripciones ceremoniales y medicinales (Eduardo Estrella, 1995, TCA, p.27).
Aquí un incendio destruyó en agosto de 1785, sus colecciones, manuscritos y dibujos. Gravemente abatidos por esta desgracia no tardaron, sin embargo, en animarse para su labor. Otros dos viajes mayores se realizaron desde Huánunco, dirigiéndose el primero a Muña y el segundo 1787 a  Pillao y Chachahuas. Con esto las peregrinaciones peruanas quedaron terminadas. Ruiz y Pavón se embarcaron en el Callao, el 1 de abril de 1788 y llegaron a España en setiembre. Allí siguieron trabajando juntos en componer y publicar los resultados de los viajes. En 1794 salió un tomo de folio, intitulado “Florae Peruvianae et chilensis”que contenía los nuevos géneros, sus descripciones y figuras de sus flores y frutos. De 1798 a 1802 siguieron tres tomos de folio de la flora peruviana et Chilensis, donde las especies nuevas y algunas ya antes conocidas están descritas, ordenadas según el sistema de Lineo y en parte también diseñadas, en 325 laminas, a estas descripciones se añaden datos concernientes a regiones climáticas, condiciones de sitio, tiempo de floración, nombres vulgares y propiedades útiles. La biblioteca de Kew, de Inglaterra, posee 100 láminas inéditas que se citan en el Kew Index, como pertenecientes al tomo cuatro y con los números 326 al 425. Publicado el primer tomo de la Flora, se editó, el  mismo año de 1798, el tomo I del “Systema vegetabilium Florae Peruvianae et Cilensis”, librito en octavo, los autores lo designan como un compendio destinado a resumir brevemente y sin figuras, el contenido Prodromus y de la flora. La primera parte de este tomo contiene los géneros nuevos y los poco conocidos hasta entonces, con las especies de ambos, la segunda parte comprende las especies de los géneros bien conocidos, hasta la cuarta clase de Linné inclusive. Las citaciones del Sistema demuestran que se proyectaban para la Flora ocho tomos en total. Ambas obras quedaron inconclusas. Parece que el costo considerable y los trastornos bélicos de aquel tiempo han sido la causas principales de que Ruiz y Pavón no pudieron publicar sino una parte de los abundantes resultados obtenidos en sus viajes de once años. Sus investigaciones no han abarcado todo el Perú, sino que han considerado principalmente la parte central, es decir las vertientes orientales entre los grados de latitud 9 y 12 los parajes alto-andinos en la región Cerro de Pasco, sobre cuya flora proporcionan sólo datos escasos, las vertientes occidentales cerca de Canta y Obrajillo y la Costa correspondiente a Lima y Chancay. Habiendo regresado a España Ruiz y Pavón recibían de sus discípulos Juan Tafalla algunos envíos de plantas coleccionadas en otras comarcas del Perú, sobre todo de Atiquipa, lugar situado en la Costa sur y en la provincia de Camaná. Aunque incompletas, las obras de los dos sabios españoles, constituyen uno de los fundamentos más valiosos para la exploración botánica de los Andes peruanos y del territorio Chileno. Muchas plantas coleccionadas por Ruiz y Pavón, pero no descritas, fueron utilizadas posteriormente, en los estudios monográficos de otros botánicos. La colección de Ruiz esta representada ante todo en el jardín botánico de Madrid,  en el Museo Británico de Londres y el Museo botánico de Berlín; la de Pavón, en el Museo de Florencia, en el Herbario Boisssier – Barbey de Ginebra, etc. DOMBEY, después de haber arribado a España, tuvo que entregar al gobierno Español la mitad de su colección, para compensar las pérdidas que habían sufrido Ruiz y Pavón. Además le obligaron a prometer no hacer ninguna publicación concerniente a la expedición antes de que regresaran  sus compañeros de viaje. (Augusto Weberbauer, 1945, p.3,4) 

Después Bufon y L´Heritier, trataron de eludir este compromiso. El último, notando que el gobierno Francés apoyaba las pretensiones de España, llevó a Londres las plantas de Dombey  y allí comenzó el estudio de ellas. Sin embargo, este trabajo quedó inconcluso, por que L´Heritier fue asesinado. El herbario de Dombey se conserva en el Museo de  Historia Natural de París. (Augusto Weberbauer, 1945, p. 4)

En 1789 comenzó en Cádiz una circunnavegación que terminó en 1794 y cuyo jefe era Malaspina. Participaron de esta empresa LOUIS NEE, nacido en Francia y Thaddaeus Haenke, natural de kreibitz Bohemia, marchando este último por encargo del rey de España Carlos III. Nee llegó al Callao dos veces. Una gran parte de sus plantas han sido estudiada por Cavanilles. Localidades peruanas que Cavanilles menciona con mayor frecuencia son: Obrajillo, San Buenaventura, Huamantanga, Puruchuco y Canta. Todos estos lugares se encuentran sobre las vertientes occidentales de los Andes, en el camino que conduce de Lima al Cerro de Pasco. Las colecciones de NEE como también sus dibujos y manuscritos, están depositados en el jardín botánico de Madrid. Cuando Haenke llegó a Cádiz, la expedición ya había partido. Así fue solo a Montevideo y Buenos Aires, después, cruzando la Argentina y los Andes, arribó a Valparaíso. Aquí logró al fin encontrar a sus compañeros de viaje en Abril de 1790. Incorporado de la expedición, se dirigió al Perú, Ecuador, Norte América, el sur del Asia y nuevamente a Chile 1794.  De 1796  hasta su muerte (1817) residía en Cochabamba (Bolivia) trabajando como médico, naturalista y etnógrafo. La mayor parte de su colección botánica fue enviada a Lima por el gobierno Español y probablemente se ha perdido. Los ejemplares (1) que llegaron a Europa los describió PRESL bajo el título de “Reliquiae Haenkeanae.”(Augusto Weberbauer, 1945, p. 4,5)


Dra. Zoila Sánchez de Van Oordt
Químico-Farmacéutica
Dra. Zoila Sánchez de Van Oordt
Químico-Farmacéutica
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Químico-Farmacéutica
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