El director de «The New York Times», Bill Keller, ha confirmado al blog The Cutline que las filtraciones realizadas por WikiLeaks no llegaron a la redacción a través de la organización de Julian Assange, sino mediante una copia del material que les hizo llegar «The Guardian», otro de los cinco periódicos que han publicado los 250.000 cables diplomáticos redactados por funcionarios de Estados Unidos en embajadas de todo el mundo.
La confirmación de Keller la ha realizado también David Leigh, responsable de la división de investigación del periódico británico, quien ha apuntado a través de un correo electrónico a Cutline: «Obtuvimos los cables de WL (WikiLeaks) y le dimos una copia al NYT (The New York Times)».
Entregar este tipo de información a la competencia no es una práctica habitual entre los medios y menos aún si por medio hay una información del calado de la que se ha publicado este lunes. De hecho, Leigh ha reconocido que la legislación vigente en Reino Unido podría haber frenado la publicación de los documentos filtrados mediante mandato judicial si «The Guardian» hubiera actuado en solitario, aunque este no es el caso.
Publicación coordinada
Hay que recordar que ambos periódicos, tanto «The New York Times» como «The Guardian», ya formaron parte de la lista de publicaciones que obtuvieron copias de documentos confidenciales sobre las guerras de Irak y Afganistán que la organización que ha conseguido poner en jaque al Departamento de Estados Unidos filtró hace unos meses. Sin embargo, la publicación en el «Times» de un perfil muy crítico sobre el fundador de WikiLeaks -en la que retrataba a Assange como una persona oscura- podría haber resultado determinante en la decisión de no entregar el material diplomático al periódico neoyorquino, centralizando de esta manera la filtración a través del diario británico.
Leigh también ha señalado que la redacción ha dedicado varios meses a bucear entre los documentos, que fueron recibidos el pasado mes de agosto. Asimismo, el director de investigación del «Guardian» ha asegurado que todos los periódicos involucrados «hablamos para coodinar de forma sincronizada» la publicación de los cables. Resulta curioso, sin embargo, que en el mapa interactivo que el rotativo británico ha desarrollado sobre las embajadas afectadas por la filtración de los cables no aparece Madrid.
ABC
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