¿Qué sucedería si cada vez que se tuviera que encender la luz hubiera que sangrar? ¿Será ésta una forma de concienciar a las personas en el ahorro de energía? Estas son las preguntas que formula el inventor de esta nueva lámpara 'vampiro', el diseñador inglés Mike Thomspon, encargado de construir los primeros reflectores que funcionan con sangre humana.
Este invento, recogido en la revista New Scientist, contiene luminol, un producto químico empleado por los forenses para comprobar si hay rastros de sangre en la escena del crimen. Este componente reacciona con el hierro presente en los glóbulos rojos sanguíneos y crea un resplandor azul brillante tan luminoso que es capaz de iluminar espacios abiertos.
Así, para encender la lámpara, primero es necesario mezclar este 'polvo activador'. Después, hay que romper el cristal de la lámpara, cortarse a uno mismo, y derramar sangre en la parte superior del aparato.
El inventor tuvo la idea mientras estudiaba en la Design Academy Eindhoven holandesa. Se encontraba estudiando energía química para un proyecto y se encontró con el luminol. "Si la energía nos cuesta dinero, si las lámparas tuvieran que encenderse así, nos pensaríamos dos veces si encender la luz o no y nos acordaríamos de apagarla", señaló el experto.
Concretamente, el principal objetivo de esta luminaria consiste en concienciar a la sociedad acerca de dónde procede la energía, así como reflexionar acerca del uso personal de la energía y cómo apreciarla. "Tienes que decidir realmente cuándo quieres utilizar la lámpara porque sólo va a funcionar una vez", añadió. Esta lámpara 'vampiro' fue construida en 2007, aunque no ha sido presentada hasta este año.
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