De la crisis se sale en internet?
—Internet va muy bien. En 2010 se vendieron por la Red ocho mil millones de euros en España y este año crecemos un 25%. Pero los empresarios están muy despistados. Ha habido un cambio muy importante en la sociedad, en cómo nos comunicamos y tomamos decisiones, y eso va por delante de la habilidad de las empresas para adaptarse. Así que las empresas en internet van bien, pero no tanto las del siglo pasado sin una clara estrategia digital.
—Fue pionera con telecigüeña.com, pero sin la prensa tradicional no habría tenido fama su botones llevando canastillas a hijos de infantas y príncipes.
—Es cierto; es muy importante en el inicio del negocio tener suerte. Pero pasan los años y el negocio se ha de mantener, ¿y cómo se hace? Pues gracias a las ventajas de la economía digital y a las redes sociales: en Facebook tenemos 13.000 fans de La Cigüeña del Bebé, y ahí escuchamos las recomendaciones de los clientes.
—Desde una tienda tradicional, ¿cómo dio el salto?
—Mi socia Sara y yo teníamos una tienda de ropa de niños, y al nacer nuestros hijos vimos cómo al hospital llegaban ramos de flores que cuando te ibas los dejabas para la capilla. Pensamos que no había nada alternativo y útil para regalar y empezamos a montar canastillas con pijamas, baberos, sábanas... Creamos tres modelos e hicimos un cataloguito y una web de 1995. Luego, mejoramos la web, llegó la suerte, crecimos... Y hoy servimos 15.000 canastillas al año.
—¿Pensó en algún momento que no lo lograría?
—No. La norma del emprendedor es persiste y persiste. Los cuatro primeros años mi socia los define «de dolor de estómago», pero al final compensa: creas puestos de trabajo, un negocio bonito, y lo pasas bien.
—¿Cambia la Red la manera de tratar al cliente?
—El cliente es lo primero. Hay un hecho: la gente ya no se fía de la publicidad que hacen las marcas sino de tu consejo en las redes, y ese diálogo hace que la empresa deba estar muy cerca del consumidor. Son los valores 2.0; y lo que vale es ser honesto, y si no, te pillan.
—Womenalia es su último proyecto.
—Tengo dos aficiones: una es impulsar internet en las empresas, y la otra, ayudar a las mujeres que quieren emprender y a las que pretenden puestos directivos, porque la mujer no tiene el papel que le corresponde. El 80% de las decisiones de compra en los hogares las tomamos nosotras, pero ese poder no se refleja en las empresas, con solo un 10% de directivas.
—¿E internet sube la ratio?
—No. En EE.UU. el 30% de empresas son de mujeres; en España, solo el 4% de las 77.000 que se montaron.
—¿Y por qué no emprenden las españolas?
—Por muchos motivos, y para salvarlos se creó Womenalia con herramientas para emprendedoras y directivas, que es también red de expertas donde contratar el tiempo de otras a bajo coste, y es el Linkedin de las profesionales, aunque los hombres son bienvenidos.
—¿Segregando no apartamos?
—Todas tenemos que estar en Linkedin, pero también en Womenalia, donde un «networking» femenino ayuda más y da más confianza. Las mujeres necesitamos ayuda extra porque seguimos colgándonos la responsabilidad de casa e hijos. Yo tengo tres, mi marido es abogado, y somos muy modernos, pero esa cultura no se cambia de la noche a la mañana.
—Deme un consejo: ¿qué negocio abro en internet?
—Uno que no interese ni a Google ni a Amazon, los monstruos a los que han de enfrentarse las empresas que nacen. Si vendes información, ojo con Google, que ya tiemblan las compañías de buscadores de viajes porque el gigante ha sacado uno; si vendes átomos, piensa qué puedes hacer que no pueda Amazon, el monstruo del comercio electrónico. ¿Y qué no puede? Pues La Cigüeña, por su logística, atención...
—Pero como La Cigüeña ya es de usted...
—El éxito está en que tengas una idea que solucione un problema que afecte a mucha gente que esté dispuesta a comprarla, y céntrate en un valor añadido, tu servicio, tu experiencia, y sé el mejor en eso, no en el precio: en la Red siempre hay alguien dispuesto a bajarlo.
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