Con un cuarto de siglo tras de sí, la aplicación de la tecnología del ADN a la ciencia forense es de todo menos novedosa. Pero emplearla como lo hace una innovadora compañía británica de sistemas de seguridad sí lo es. En pocas palabras, se trata de darle la vuelta a la idea original: en lugar de buscar la huella del delincuente en la escena del crimen, se trata de buscar la huella de la escena del crimen en el delincuente. Si este intenta por todos los medios no dejar su firma genética en el lugar de los hechos, en las propiedades vigiladas por SelectaDNA deberá además preocuparse de que el propio escenario no le imprima una sutil y persistente etiqueta molecular que lo delatará con una sencilla prueba de laboratorio.
La astucia del sistema se basa en aprovechar que la parte más difícil ya la hizo la naturaleza. Para qué inventar un sistema nuevo capaz de generar millones de códigos únicos cuando la evolución biológica ya lo resolvió con sólo cuatro letras: A, T, G y C, las bases del ADN. Las posibilidades de combinación son tantas que permiten asignar un código o secuencia exclusiva a cualquier propiedad que se desee proteger.
El resto es tecnología simple que existe desde hace décadas: fabricar la molécula con un sintetizador de ADN, añadirle una tinción química incolora a simple vista pero que canta bajo la luz ultravioleta, y empaquetar esta mezcla invisible e inofensiva en un pulverizador que duchará discretamente a quien pase bajo él cuando se active por un sistema convencional de alarma, como un botón de pánico o un sensor de allanamiento.
Con una muestra del sospechoso tomada por la policía y analizada en el laboratorio, la secuencia única de ADN demostrará su presencia en el escenario del delito. "Muchas veces la policía sabe quiénes son los ladrones, pero no tiene pruebas para vincularlos con el delito. El ADN es el vínculo", señala la portavoz de la compañía, Angela Singleton. "Ya ha habido muchas condenas en Reino Unido", aclara Brown, aunque reconoce que "el principal uso es el disuasorio", lo que los autores del ingenio llaman "el factor miedo del ADN", gracias al cual "es muy probable que los intrusos que han recibido el espray huyan sin llevarse nada". Para favorecer la disuasión, la compañía facilita carteles y adhesivos de advertencia.
Y la prevención funciona, o al menos eso parecen demostrar los datos esgrimidos por Selectamark: "[El sistema] ha reducido la delincuencia hasta un 85% en algunas áreas de Reino Unido", asegura Brown. "En un proyecto lanzado por la policía del área metropolitana de Manchester en 2010, el uso de SelectaDNA resultó en una reducción del 83% en los robos con allanamiento, en una zona de la ciudad que antes sufría el índice más alto de estos delitos en toda el área", añade.
La protección por ADN, detalla Brown, se ha extendido ya por Reino Unido, Nueva Zelanda, Alemania, Austria, Bélgica, Eslovaquia, Eslovenia, República Checa y Holanda, país este último donde un McDonald's se añade al amplio repertorio de usuarios del sistema: bancos, joyerías, comercios, gasolineras, casinos, escuelas o almacenes.
Brown comenta que el sistema aún no ha llegado a España, pero confía en que pronto lo hará. "Todavía no tenemos distribuidor allí, pero ya hemos recibido muestras de interés de posibles socios", apunta.
Publico
La astucia del sistema se basa en aprovechar que la parte más difícil ya la hizo la naturaleza. Para qué inventar un sistema nuevo capaz de generar millones de códigos únicos cuando la evolución biológica ya lo resolvió con sólo cuatro letras: A, T, G y C, las bases del ADN. Las posibilidades de combinación son tantas que permiten asignar un código o secuencia exclusiva a cualquier propiedad que se desee proteger.
El resto es tecnología simple que existe desde hace décadas: fabricar la molécula con un sintetizador de ADN, añadirle una tinción química incolora a simple vista pero que canta bajo la luz ultravioleta, y empaquetar esta mezcla invisible e inofensiva en un pulverizador que duchará discretamente a quien pase bajo él cuando se active por un sistema convencional de alarma, como un botón de pánico o un sensor de allanamiento.
Marcaje invisible
"Cuando lanzamos el producto en 2006, en Reino Unido ya había otros tipos de sistemas de marcaje de propiedades y delincuentes. Pero SelectaDNA proporcionó a la policía y a los usuarios el primer sistema real de marcaje por ADN para identificar las posesiones valiosas y a los criminales", explica a Público el director de ventas de la empresa Selectamark, James Brown. Los responsables del producto aseguran que "el ADN permanece en el infractor durante semanas, prendido a las fibras, el pelo y los pliegues de la piel".Con una muestra del sospechoso tomada por la policía y analizada en el laboratorio, la secuencia única de ADN demostrará su presencia en el escenario del delito. "Muchas veces la policía sabe quiénes son los ladrones, pero no tiene pruebas para vincularlos con el delito. El ADN es el vínculo", señala la portavoz de la compañía, Angela Singleton. "Ya ha habido muchas condenas en Reino Unido", aclara Brown, aunque reconoce que "el principal uso es el disuasorio", lo que los autores del ingenio llaman "el factor miedo del ADN", gracias al cual "es muy probable que los intrusos que han recibido el espray huyan sin llevarse nada". Para favorecer la disuasión, la compañía facilita carteles y adhesivos de advertencia.
Y la prevención funciona, o al menos eso parecen demostrar los datos esgrimidos por Selectamark: "[El sistema] ha reducido la delincuencia hasta un 85% en algunas áreas de Reino Unido", asegura Brown. "En un proyecto lanzado por la policía del área metropolitana de Manchester en 2010, el uso de SelectaDNA resultó en una reducción del 83% en los robos con allanamiento, en una zona de la ciudad que antes sufría el índice más alto de estos delitos en toda el área", añade.
La protección por ADN, detalla Brown, se ha extendido ya por Reino Unido, Nueva Zelanda, Alemania, Austria, Bélgica, Eslovaquia, Eslovenia, República Checa y Holanda, país este último donde un McDonald's se añade al amplio repertorio de usuarios del sistema: bancos, joyerías, comercios, gasolineras, casinos, escuelas o almacenes.
Robo de cobre
En muchos casos, los usuarios no sólo quieren proteger sus locales, sino también marcar sus posesiones. La firma británica ofrece sus chivatos de ADN en formulaciones que se usan para pintar los objetos de valor tales como equipos electrónicos, joyas y hasta bicicletas. Uno de los últimos clientes en apuntarse a este sistema antirrobo ha sido la red ferroviaria de Holanda, que marcará su cableado de cobre con SelectaDNA Trace otro producto de la compañía para prevenir el saqueo de este material, un problema creciente y que en el caso del ferrocarril es además una amenaza para la seguridad en el transporte. La marca de Trace, que según sus fabricantes es prácticamente indeleble y resiste una temperatura de hasta 1.000 grados, incluye para este uso unos micropuntos metálicos grabados con un código especial y visibles in situ con un pequeño microscopio portátil con conexión USB.Brown comenta que el sistema aún no ha llegado a España, pero confía en que pronto lo hará. "Todavía no tenemos distribuidor allí, pero ya hemos recibido muestras de interés de posibles socios", apunta.
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