La ambición de Google por convertirse en el principal canal de conocimiento humano en la Red afronta su principal reto: convencer a todo el mundo de sus buenas intenciones y de que respetan escrupulosamente la legislación de cada lugar en materia de derechos de autor, algo complicado en un soporte global como es Internet.
Justo en la víspera de la feria internacional del libro Liber, Luis Collado, responsable de Google Libros España, trató de explicar en una reunión con la prensa el funcionamiento de esta herramienta que, quiso dejar claro desde el principio, "respeta escrupulosamente el 'copyright' de las obras y facilita un acceso limitado a los mismos".
De hecho, se puede hojear el contenido del libro de manera limitada, unos pocos párrafos, y las opciones de imprimir, guardar y copiar están deshabilitadas. Además, las imágenes brindadas están a baja resolución. En cinco años de actividad, la compañía ha digitalizado más de 10 millones de libros, de los cuales dos millones tienen 'copyright'.
"Los libros con 'copyright' son una gran minoría en entre todas las obras escritas por la Humanidad a lo largo de la historia", puntualizó al inicio.
Dos programas
Así, Google cuenta con dos programas de digitalización. Uno de ellos negocia con editoriales y autores para digitalizar libros con 'copyright' (en España, estas obras mantienen sus derechos durante 70 años).
El otro programa trabaja con bibliotecas para incorporar a la Red los libros que han pasado a ser de dominio público, una vez vencidos los derechos económicos de los mismos. La Biblioteca de la Universidad Complutense de Madrid y la Biblioteca Nacional de Catalunya son las dos únicas en nuestro país que trabajan con el gigante de la Red, de momento.
No obstante, existe una horquilla importante de libros 'invisibles' para los ciudadanos, ya sea por estar descatalogados, por ser 'huérfanos' de derechos (se desconoce el titular de los mismos) o simplemente aquellos no disponibles ni en librerías ni en bibliotecas. Collado afirmó que ni en España ni en el resto de Europa se está haciendo nada con estos libros: no se encuentran en Google Books, por tanto.
Problemas en EEUU
No obstante, el problema surge en EEUU con un criterio legal denominado 'Fair Use', que permite la distribución de material protegido sin pedir permiso a los titulares de los derechos en caso de existir un interés general, y que prohíbe cualquier uso comercial de las mismas. De esta manera, Google Books ha estado digitalizando libros tanto con 'copyright' como 'huérfanos' desde que comenzara a funcionar.
Las protestas desde el mundo editorial (y otras compañías) no se hicieron esperar, ya que consideraban que la compañía estaba realizando una infracción sistemática de los derechos de autor de los libros que escaneaba y, además, existía un problema de posible monopolio. Un acuerdo con la Asociación de Editores Americanos y el Sindicato de Autores (la Author Guild) ha tratado de zanjar estos problemas. (Ver el contenido de este acuerdo)
Ahora, el macroproyecto para digitalizar libros busca sortear su penúltimo obstáculo: que los jueces den luz verde al proyecto, por el que se prevé la creación de una entidad de gestión de derechos de autor para las obras digitalizadas, financiada por Google y gestionada por los titulares de derechos. También recoge que Google pagaría 125 millones de dólares para cubrir las infracciones por derecho de autor que haya cometido hasta la fecha al escanear los libros.
El acuerdo pone además en manos de cada titular de dichos derechos (editores, autores...) la visibilidad de sus libros -cuánto se puede mostrar al usuario-, o incluso su posible venta. En este último caso, el 63% de los beneficios irían a parar a dichos titulares, mientras que el 37% se lo quedaría Google como intermediario. El visto bueno judicial al acuerdo podría materializarse en noviembre.
Todos por defecto
"El acuerdo se aplicaría sólo en el territorio de EEUU", insistió Collado durante la explicación, que añadió que afectaría por defecto a todas las obras disponibles o a la venta en EEUU. "El juez entendió que, de esta manera, se protegían mejor los derechos", comentó. "Es decir: lo que se decidió es que todo el mundo estuviese incluido en el acuerdo, y quien no quisiera estar, que lo solicitase".
No obstante, ¿qué ocurre con las obras de autores españoles (y en general, de otras naciones) en ese país? Pues que salvo que los titulares de los derechos (editoriales o los propios autores) se hubieran negado, también podrán ser digitalizadas en virtud de este acuerdo.
"Hubo un plazo de alegaciones desde principios de año hasta el pasado 5 de septiembre, y hemos recibido más de 400, la mayoría positivas", asegura Collado, que puntualiza: "Aquellos titulares de derechos que no querían vincularse a este acuerdo, podían haberlo solicitado hasta el día 5 de septiembre".
No hay comentarios:
Publicar un comentario