Los participantes de una red ciudadana de 'cibervigilantes' en el Reino Unido podrán ganar hasta 1.000 libras por estar pendientes desde casa de ciertas cámaras de seguridad en busca de delitos. ¿Invasión de la intimidad o 'videovigilancia 2.0'?
Una compañía llamada 'Internet Eyes' ofrece a sus clientes la posibilidad de alquilar videocámaras de seguridad conectadas a la Red, a un precio de 20 libras por cámara a la semana.
Por otro lado, ofrece a cualquier internauta la posibilidad de ser un vigilante desde casa, a quienes se compromete a gratificar por cada delito deninciado o evitado.
Para ser un 'cibervigilante', hay que rellenar una suscripción gratuita. El sistema es simple: los suscriptores tratan de acumular puntos por vigilar lo que graban sus cámaras asignadas a tiempo real. Si ven algo sospechoso, pulsan un botón para enviar una imagen y mandan un mensaje de texto descriptivo al propietario de la cámara.
Los usuarios se anotan un punto por detectar un posible crimen, y tres si resulta ser un crimen real. También puede perder puntos si el responsable de la cámara decide que la descripción no era un crimen.
Según el diario The Times, esta compañía está promoviendo su servicio como un juego, y está previsto que haya una prueba de su funcionamiento en noviembre en la localidad de Stratford-upon-Avon, en el centro del país, cuna de William Shakespeare.
Críticas
La iniciativa ya ha recibido serias críticas en el país. Grupos de apoyo a las libertades civiles aseguran que 'Internet Eyes' podría convertir al Reino Unido en el "paraíso de los espías".
Charles Farrier, director del grupo No CCTV, calificó la idea de "terrible" en declaraciones a la prensa británica. "Es algo que debe ser cortada de raíz. No sólo fomenta una peligrosa mentalidad de espionaje, sino que también podría dar lugar a peligrosos abusos de los derechos civiles".
No obstante, uno de los responsables de la compañía, Tony Morgan, aseguró que el sistema ofrece a las empresas locales protección frente a los pequeños delincuentes y actúa como elemento disuasorio. "Esto podría convertirse en la mejor arma de prevención del delito que haya existido", afirmó.
El Reino Unido está literalmente 'sembrado' de cámaras: con 4,2 millones de unidades, hay una por cada 14 personas y acapara el 20% del total de cámaras de videovigilancia que existen en el mundo.
'Videovigilancia 2.0'
¿Podría suceder algo similar en España? El abogado experto en Internet Carlos Sánchez Almeida explica que existe suficiente legislación como para concluir que esa actividad difícilmente sería legal en nuestro país.
Por un lado, la instalación de cámaras de videovigilancia está sujeta en cualquier caso a la normativa de la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD). Si las cámaras son exteriores y graban lugares públicos, se aplica la Ley Orgánica 4/1997, que exige una importante serie de requisitos y deja su control a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.
Si las cámaras son privadas, tanto la Ley Orgánica de Protección de Datos como la propia AEPD imponen un control sobre las imágenes y los datos recogidos. "El aspecto 'videovigilancia 2.0' es prácticamente impensable aquí, la ley exige un control sobre los datos, que han de quedar en el ámbito organizativo de la empresa que se dedique a esta actividad", concluye Almeida.
Existe un completo folleto explicativo (PDF) que resume la situación normativa de la videovigilancia en España.
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