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2011/10/12

El cine desembarca en internet

Netflix, el gigante estadounidense de distribución de cine por internet, se instala en enero del 2012 en España, es decir dentro de tres meses. Amazon, que pronto venderá sus propias tabletas para ver películas, como hace desde hace unos días en Estados Unidos, ya tiene un pie metido en el mercado español, con su tienda funcionando desde hace casi un mes. El servicio de iTunes (Apple) para la distribución de cine por ordenador (venta y alquiler) está en marcha desde hace un par de meses. Los de Google, a través de YouTube, preparan algo gordo, y la rama española de los suecos de Voddler están en fase de pruebas...
El panorama de la exhibición doméstica de contenidos audiovisuales va a cambiar en España. A marchas forzadas. Sobre todo con la anunciada llegada del Netflix español. Lo viejo ya no sirve, coinciden todos. ¿Qué será lo nuevo? ¿El consumo de cine mediante las tabletas como el iPad de Apple? ¿La televisión conectada directamente a internet? ¿Vamos hacia unos portales de consumo de cine de dimensión europea? ¿Netflix se quedará todo el mercado? Son cuestiones puestas ayer sobre la mesa del seminario "Internet y Europa: retos y oportunidades para nuestro cine", una actividad paralela del festival de Sitges, que también hablo de monstruos, como algunas de las películas del festival. Se habló de los gigantes de la distribución por internet, y la cuestión ahora es saber si son monstruos informes (están en todos lados) y glotones, con una política de tierra quemada tras de sí, o gigantes buenos, beneficiosos para todo el sector.
Catalan Films, que es como la agencia de promoción internacional del cine catalán, organizó este encuentro, que está pensado como foro para el sector (especialmente para productores, cineastas y distribuidores) y que fue realizado con la colaboración de la plataforma Filmin –videoclub on line para servir cine en streaming (visión en tiempo real sin descarga del archivo) fundado por las productoras y distribuidoras Alta Films, El Deseo, Golem, Tornasol, Vértigo Films, Wanda Visión y Cameo–, que hoy es una de las pocas plataformas legales que están buscando su hueco en ese mundo cambiante de la exhibición por la red en España.
Los más optimistas dicen que ha llegado el momento del VOD (películas a la carta a través de la red), una modalidad de consumo a través de internet llamada a instalarse en el hogar cuando se alíe con el televisor. Productores como Marta Esteban, al menos, ven que el VOD es una ventana de negocio positiva. "Aunque las ganancias sean todavía pequeñas. Pero al menos son ganancias", comentó. En estos momentos se considera un éxito, por ejemplo, lograr cinco mil visionados de un filme a través de una de las plataformas legales. Por término medio, las plataformas cobran entre un euro y tres euros por película, lo que deja al productor unos 6.000 euros con esos visionados, apenas nada comparado con el coste de la producción. "Pero menos deja la piratería, que no deja nada más que mal sabor de boca", insiste Esteban. Sólo hay que recordar que, en España, considerado por muchos actores del sector como uno de los países con mayor incidencia de la piratería; Egeda denuncia más de un millón de descargas ilegales diarias, unos 400 millones al año.
La llegada de Netflix ha generado en el sector una especie de "síndrome de Bienvenido, Mr. Marshall", apuntaron algunos de los reunidos, esa promesa que cambio en el modelo de explotación que quizá pase de largo sin dejar nada (o nada más que disgustos). Otros se mostraron mucho más positivos: quizá sea el catalizador que necesitamos, decían, para acelerar los cambios en la cultura del consumidor de cine on line. Es decir, el aliciente para una transformación profunda de un sector marcado por el consumo ilegal: eso que unos llaman piratería, en plan romántico, otros "libre intercambio de contenidos", y los representantes del sector audiovisual, reunidos ayer en Sitges, denominan directamente robo.
El encuentro estuvo moderado por Alex Navarro, el director de Catalan Films, y participaron, entre otros, Jaume Ripoll (Filmin), Jean-Yves Bloch (director de EuroVOD) y el irlandés Andrew Lowe (VOD Network), junto con Juan Alía, director de Filmotech –otro portal español de consumo de cine de pago en streaming o descarga, en este caso ausipciado por Egeda (entidad de gestión de los productores de cine). Lo cierto es que, según anunciaba recientemente Pedro Pérez, presidente de la patronal FAPAE, la federación española de productores, Netflix ha adquirido ya los derechos sobre unas 3.500 películas españolas, que sumará a su catálogo de 100.000 títulos. En Estados Unidos tiene unos 25 millones de subscriptores, quienes, por una cantidad fija al mes, eso que llamamos tarifa plana, tienen acceso a todo ese inmenso catálogo. Se especula que la tarifa española de suscripción mensual podría rondar los 16 euros. Pero todavía no hay nada seguro.
Lo viejo, en este caso el DVD y otros formatos, no ha muerto como claman algunos agoreros, recordaba ayer Jaume Ripoll. Y además, la piratería puede disminuir, gracias a ofertas como Netflix, la misma Filmin y otras plataformas semejantes. Opciones que hagan la oferta legal en Internet cómoda, completa y asequible. Pero el futuro tiene riegos: "La pena sería que todo el esfuerzo de los productores acabe en manos de empresas como Netflix y otras, que no pagan impuestos en España", teme Ripoll.

Las cifras del cine digital

Netflix.com 
100.000
El gigante del vídeo bajo demanda (en inglés VOD) ofrecerá un catálogo de 100.000 títulos
Streaming
46,3%
Casi la mitad del tráfico de información de las redes digitales corresponde a vídeo sin descarga
Consumidores VOD
794.000
Más de tres cuartos de millón de usuarios disponen de televisión IP, y pueden adquirir VOD
Blu Ray Disc
15,8%
Es el ritmo de crecimiento anual de la facturación de filmes en alta definición, pese a la crisis del DVD

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