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2011/10/12

China trata de mejorar su imagen como empleador en África

 La presencia de empresas chinas en Zambia, y el modo en el que tratan a los trabajadores africanos, fueron una cuestión de fondo en las recientes elecciones de ese último país. En consecuencia, algunas empresas chinas dicen que están tomando medidas para hacerle frente al problema.
Hace un año Taska Chinko, empleado en una mina de carbón, era parte de un grupo de trabajadores zambianos reunidos fuera de las residencias de los gerentes chinos de la mina de carbón Collum, en Zambia.

Chinko dice que, en lugar de tratar de hablar con los trabajadores, que exigían mejores salarios, los gerentes chinos fueron a buscar sus pistolas de aire comprimido.
Chinko todavía no puedo creer lo que pasó después.
"Cuando vimos a los gerentes salir con armas de fuego nos sentimos muy mal, porque nosotros no somos animales, no tienen que usar armas de fuego para mantenernos alejados".
Hubo disparos y 12 mineros resultaron heridos, dos de ellos de gravedad.
Los mineros respondieron con disturbios y saqueos a un complejo chino, exactamente lo que los gerentes chinos querían evitar.
Con el tiempo, las cosas se calmaron. Los heridos recibieron compensaciones y los gerentes chinos fueron detenidos, aunque pocos meses después el caso fue olvidado y los gerentes regresaron a China.
Zambia reconoce que los chinos han llevado al país dinero y trabajos, muy necesarios, y siguen invirtiendo en una región rica en recursos naturales.

Pero el incidente en la mina Collum no se ha olvidado en Zambia, cuyos trabajadores sienten que su gobierno ha tenido una relación demasiado estrecha con los inversores chinos.
El mes pasado resultó elegido un nuevo presidente, Michael Sata, quien durante años habló sobre la necesidad de obtener un trato más justo para los trabajadores de Zambia, y para Zambia en general, por parte de los chinos.
Aunque esta es una alianza natural entre el mayor productor mundial de cobre, Zambia, y el mayor consumidor mundial de cobre, China, para hacer negocios, muchos zambianos creen que su país puede y debe salir mejor parado.

Al borde de disturbios

En el último año, los cuatro hermanos chinos dueños de la mina de carbón Collum hicieron algunos cambios.
Duplicaron los salarios de los mineros, aunque los trabajadores dicen que siguen ganando apenas lo suficiente para vivir y que no se les paga nada cuando la mina no los necesita.
Los hermanos también contrataron a un experto zambiano en recursos humanos, Corry Moono.

"Básicamente, mi función es asegurarme de que las leyes laborales de este país se cumplen, para proteger tanto los intereses de esta empresa como los de los trabajadores", explica.
Pero él dice que ni la empresa ni los trabajadores lo ven así.
"Los trabajadores no entienden. Me dicen: 'Usted está del lado de los chinos." Y los chinos dicen: "Usted está del lado de los negros'''.
A pesar de que sus jefes no pueden apreciar sus esfuerzos, Moono dice desde que llegó a la mina hace nueve meses el hecho de estar allí para comunicarse con los trabajadores en su idioma, y de tratarlos con respeto, ayudó a evitar tres situaciones de disturbios.
"Les dije: 'Muchachos, vamos a trabajar juntos", dice Moono. "'Nuestros inversores están aquí para ganar dinero, y ustedes están aquí para ganarse la vida'. Cuando les hablo así, en cierta medida lo entienden".
Eso no quiere decir que estén contentos.
Taska Chinko dice que él y otros mineros no reciben paga por sus días libres. La mala ventilación en la mina les está afectando los pulmones, y hasta se tuvo que comprar su propio casco.
Chinko dice que, si pudiera, buscaría otro trabajo.
A cientos de kilómetros hacia el norte, en el cinturón de cobre de Zambia, el carbón de la mina Collum sirve de combustible para la fundición de cobre chino.
Allí, los trabajadores tienen quejas similares. Muchos ganan menos de US$200 al mes y la mayoría del dinero se gasta en alquiler.
Las empresas chinas aducen que por lo menos les pagan el salario mínimo, por lo que no están infringiendo la ley.
Pero Goodwell Kaluba, secretario general del Sindicato Nacional de Minas y Afines de Zambia, dice que el salario mínimo es para los trabajos seguros y sedentarios, como los vendedores, pero no para mineros.
Sin embargo, acepta que algunas empresas chinas están haciendo un gran esfuerzo para mejorar las relaciones.
Uno de ellos es el Grupo de Construcción de Shanghái, de participación mayoritariamente estatal.
"Estamos tratando de emplear a más locales", dice Wu Jiang Rong, gerente de proyecto. "Tratamos de formar a los trabajadores locales para mejorar sus habilidades. Muchos de ellos cuando llegan son trabajadores generales, y después de unos meses son pintores, carpinteros, albañiles", añade.

¿Un futuro más prometedor?

Apenas unos días después de ser elegido presidente, Michael Sata se reunió con el embajador chino, Zhou Yuxiao. Zhou quiso transmitirle las felicitaciones del presidente chino Hu Jintao.
Sata escuchó cortésmente, pero le dijo: "Damos la bienvenida a su inversión, pero ésta debería beneficiar a los zambianos. Ambos deben beneficiarse. Debe ser un ida y vuelta".

Añadió que las empresas chinas deben cumplir con las leyes locales y respetar los límites sobre el número de trabajadores extranjeros que traen al país, una denuncia popular en Zambia, ya que muchas empresas chinas utilizan trabajadores chinos para realizar trabajos que los zambianos podrían hacer.
El embajador Zhou le dijo el presidente Sata que las empresas chinas deben seguir siempre la ley y rendir cuentas si no lo hacen.
Luego me dijo que cree que las empresas chinas son criticadas injustamente en Zambia.
"Las empresas chinas aquí en Zambia son tan buenas como las empresas chinas que trabajan en otros países. He estado trabajando en muchos países africanos", dijo. "Pero las compañías [de Zambia] tienen una imagen mucho peor. Quizá no tanto por el desempeño de las compañías chinas sino más que nada por la situación política que hay aquí".
Zhou reconoce que todavía hay cosas por mejorar en la manera en que las empresas chinas hacen negocios en Zambia. Muchos zambianos estarían de acuerdo.

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