Unos 30 millones de alemanes respiran aliviados porque ya pueden ir a la compra, echar gasolina o pagar la peluquería. Sus tarjetas bancarias, que dejaron de funcionar el 1 de enero por un problema informático, vuelven a estar operativas de nuevo. Para arreglar el problema se ha introducido un nuevo programa en los cajeros automáticos y las terminales de pago de los comercios.
No obstante, en otros países europeos las tarjetas bancarias de débito y de crédito alemanas todavía son rechazadas. Unos 30 millones de tarjetas bancarias, alrededor de la tercera parte de las de crédito y débito emitidas en Alemania, dejaron de funcionar el 1 de enero debido a un error informático en el chip que llevan incorporado que impidió que leyera el año 2010.
Las entidades de crédito alemanas quisieron evitar un cambio masivo de tarjetas de débito y crédito por sus elevados costes (unos 300 millones de euros) y primero han tratado de solucionar el problema con un software específico. No obstante, el error se mantiene en las tarjetas de débito y crédito con un chip defectuoso. Los bancos y cajas de ahorro emisores deben decidir ahora si cambian las tarjetas o intentan reprogramar los chips.
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