El Gobierno de Barack Obama dio ayer un aldabonazo en el asunto de los supersueldos de los altos ejecutivos.
El Departamento del Tesoro ultima un plan para que los directivos de empresas y bancos que han recibido ayudas públicas se bajen la remuneración total (que incluye el bonus) un 50%, según fuentes conocedoras del proyecto citadas por Bloomberg y The New York Times. Esta drástica reducción supondría que el sueldo fijo que perciben en metálico sin contar el bonus (que incluye acciones, opciones sobre acciones, seguros y fondos de pensiones) se rebajaría en torno a un 90%, en comparación con lo cobrado el año pasado.
Así se lo transmitió KennethR. Feinberg, alto cargo del Tesoro designado por Obama para vigilar los supersueldos, en las negociaciones con los principales directivos de siete compañías rescatadas por el Gobierno Federal.
Estos altos cargos, que están al frente de grandes entidades financieras como Citigroup o Bank of America, serán los más afectados por el plan que el Tesoro presentará esta misma semana.
Viajar en limusina, vigilado
La intención es que las siete empresas y entidades que hayan recibido mayor volumen de dinero público recorten el salario fijo de sus 25 ejecutivos mejor pagados en el 90% ya citado. En algunos casos, el sueldo en metálico que reciben sería compensado con remuneración en acciones, pero tendrían restricciones para venderlas.
El vigilante de los supersueldos, Feinberg, tendrá poder para aprobar o no gastos como servicios de limusinas o viajes en aviones privados que superen los 25.000 dólares. El secretario del Tesoro estadounidense, Timothy Geithner, ya dio un aviso horas antes al dejar caer un duro comentario sobre que el pago masivo de bonus en Wall Street ha sido "profundamente ofensivo" mientras se rescataba empresas con dinero del contribuyente.
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