"A una caja de chuches le hemos hecho agujeros, echado piedras y después tierra. ¿Qué pasará si le echamos agua? Vemos las distintas capas de la tierra, por qué se forman los manantiales y la importancia de no contaminar el agua". Con esta sencillez, 50 alumnos del colegio San Jorge, de Pamplona, explicaban sus resultados en un experimento dentro del programa El CSIC en la Escuela, organizado por el CSIC y la Fundación
El CSIC en la escuela está inspirado en el programa francés La Main a la Pâte ("las manos en la masa"), y su finalidad es propiciar el trabajo conjunto de investigadores y maestros para mejorar la calidad de la enseñanza en las primeras etapas de la educación. Desde su implantación, en 2000, ha contado con la participación de más de 800 colegios.
En el último encuentro, celebrado en Bilbao y Pamplona la pasada semana, el protagonismo recayó en los estudiantes de Infantil y Primaria, de 3 a 12 años, de dos colegios navarros. En su presentación, la coordinadora del programa, María José Gómez, destacó que los niños descubren "el amor por la ciencia". "Y el resultado del trabajo", agregó, "es que los niños no sólo han aprendido ciencia, sino que la comunican con pasión".
¿Qué es una hipótesis?
"¿Sabéis que es una hipótesis?", preguntaba una niña del colegio San Jorge a sus compañeros, atentos a la respuesta: "Pues es la palabra que debéis saber si vais a ser científicos. Se utiliza para explicar lo que uno se imagina y piensa que va a ocurrir antes de comprobarlo". Y lo que al final comprobaron los alumnos de este centro navarro fue cómo funcionan los pozos y se forman los manantiales mediante un estudio de las capas del subsuelo.
Los 24 alumnos del colegio Aurizberri se presentaron ante el público para explicar en su lengua vehicular, el euskera, su aprendizaje sobre el magnetismo de la Tierra. Hicieron pruebas con imanes y brújulas repartidas por la sala hasta demostrar en la práctica la veracidad de la teoría sobre el magnetismo del globo terráqueo. "Con este experimento hemos aprendido que la Tierra es un gran imán invertido", concluyeron todos a la vez.
El profesor del CSIC Juan José de Damborenea se mostró satisfecho por el resultado del programa: "Tenemos que enseñar a los alumnos a preguntarse por el mundo que les rodea, y si de mayores quieren ser investigadores pues bienvenido sea".
Al aplicar en el aula métodos experimentales, los niños modifican sus ideas previas de la asignatura y adquieren una visión científica de la naturaleza. Según los expertos, esto es fundamental, pues los conocimientos científicos se estructuran en torno a una manera de pensar que sólo se adquiere de manera natural en las edades tempranas.
La directora de Innovación del Departamento de Educación del Gobierno navarro, Teresa Aranaz, remarca que cuando las nuevas generaciones de alumnos llegan al colegio "son como esponjas". "Es importante que los niños y niñas participen en estos experimentos del CSIC. Cuando se aprende en la escuela desde lo emocional, eso queda para toda la vida".
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