Científicos de la Universidad de Montreal, Canadá, alertaron contra el creciente número de personas que viajan a Latinoamérica para recibir tratamientos de fertilidad.
La investigación menciona el caso de Argentina donde muchas clínicas de fertilidad -que no están acreditadas- han lanzado campañas de publicidad dirigidas a consumidores de América del Norte y Europa.
Estas clínicas -dicen los científicos en la revista Developing Wolrd Bioethics (Bioética del Mundo en Desarrollo)- "ofrecen paquetes de precio fijo con todo incluido, boletos de avión, hospedaje, traslados, traductores y por supuesto, tratamientos de fertilidad".
Los investigadores consideran que es necesario regular estos servicios para garantizar que los pacientes sepan por lo que están pagando y reciban un tratamiento seguro.
Práctica creciente
Según los científicos, en la última década se han establecido en los países en desarrollo cada vez más clínicas privadas de fertilidad con el objetivo de atraer a consumidores extranjeros.
El principal aliciente, dicen los investigadores, es el precio.
"El atractivo de estos paquetes es obvio", afirma el profesor Bryn Williams-Jones, catedrático de bioética de la Universidad de Montreal y quien dirigió en estudio.
"Con ellos el consumidor de servicios de salud no necesita preocuparse por los detalles prácticos de su viaje y puede concentrarse en obtener servicios médicos de calidad combinados con unas vacaciones".
"En Argentina, las clínicas no acreditadas ofrecen por sus servicios precios mucho más competitivos que las clínicas en América del Norte y Europa".
En Europa varios países han adoptado leyes muy restrictivas en lo que respecta a tratamientos de fertilidad.
Y las limitaciones en el acceso a los tratamientos en estos países han provocado que las parejas que desean un hijo -y tienen dinero para pagar los tratamientos- busquen alternativas más baratas y rápidas en otras partes del mundo.
Por ejemplo, dicen los autores, un tratamiento de fertilización in vitro en Estados Unidos puede costar hasta US$10.000 por ciclo.
No acreditados
El profesor Williams-Jones señala que los institutos que ofrecen servicios médicos a extranjeros se engloban en dos categorías: la de centros acreditados que forman parte de la gran industria de servicios de salud y la de clínicas no acreditadas que están enfocadas al turismo médico, es decir, a la masa de personas que viajan a otros países para recibir diferentes tratamientos.
Tradicionalmente, los grandes promotores del turismo médico han sido India y Polonia, países que están activamente involucrados en el sector de la fertilidad, dice el científico.
"Y ahora -agrega- también participan países latinoamericanos como Brasil, Chile, México y Argentina".
La investigación se centró en las clínicas de turismo reproductivo enfocadas a atraer a parejas adineradas de América del Norte y Europa a través de internet.
"Para estas parejas el principal interés del turismo médico es el alto costo, las largas listas de espera e incluso la falta de acceso a las tecnologías de reproducción asistida que hay en sus propios países".
En efecto, los expertos argumentan que son las estrictas regulaciones del mundo desarrollado las que han alentado la práctica del turismo médico en el mundo en desarrollo.
Pero tal como dicen los autores, "estemos o no de acuerdo en que los servicios reproductivos deben hacerse disponibles como bienes de consumo, el hecho es que estos ya están siendo ofrecidos por clínicas privadas en todo el mundo".
"Y creemos que es necesario establecer mecanismos reguladores nacionales en países como Argentina, que están promocionando servicios de fertilidad a públicos locales e internacionales".
Tal como señala el profesor William-Jones, los mecanismos que regulen a todas las clínicas "son esenciales para asegurarse de que la información que se da al consumidor es precisa y que los servicios que se ofrecen son seguros y efectivos".
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