Los directivos de la empresa española Imm Sound han reunido en un cine de Barcelona equipado con su tecnología a profesionales del sonido. No les quieren contar ninguna fantasía, les quieren enseñar su solución. Hablan de algo que este público tan especial conoce. La verdadera 3D no se crea con una imagen estereoscópica. Lo que fabrica la tercera dimensión es el sonido. Proyectan escenas de películas rodadas para aprovechar al máximo toda la cartera de efectos que pueden lograr el sonido Imm Sound, pero cuando se disfruta más del espectáculo es cuando la pantalla está en negro y se escucha por la sala el zumbido de una mosca. Se puede seguir su atolondrada trayectoria.En este acto, Imm Sound no está enseñando ninguna novedad. Está mostrando el resultado (patentado) de siete años de trabajo. Una investigación en la que han colaborado desde Technicolor a Fraunhoffer (los del MP3). Y la compañía ha equipado con su sonido 3D salas de Estados Unidos, Europa, Latinoamérica y Asia. El catedrático de Ciencias de la Computación de la Pompeu Fabra, Vicente López, su presidente, cuenta que en China las expectativas de crecimiento son enormes. Se abren tres salas cada día.
¿Pero qué ofrece Imm Sound que no tenga, por ejemplo, Dolby? López explica primero el concepto que hay detrás y luego, con pedagógica parsimonia, las diferencias técnicas. El sonido ha de ser inmersivo y hay que devolverle naturalidad. El buen sonido no es un chupinazo en los tímpanos. El buen sonido crea espacios.
La baza tecnológica de su sistema es que el espectador deje de reconocer los altavoces como el origen de lo que escucha y pueda disfrutar de efectos como el de la reverberación. No son detalles menores, sobre todo ahora que en las salas de cine no se proyectan únicamente películas. Hay retransmisiones de conciertos de rock, de partidos de fútbol o de estrenos operísticos. Dolby y DTS, los dos apellidos históricos de este negocio, nacen en la era analógica. El esquema tradicional para una sala con sonido estéreo son tres altavoces en la pantalla, uno a la izquierda de la sala , otro a la derecha y un subwoofer para los graves. A esta disposición de canales se le conoce en el sector como el 5.1. Y, como el software que bautiza de la misma manera las siguientes versiones, hay la fórmula 7.1, la 14.1... "Los clientes de Imm Sound instalan una configuración básica de 14.1, un total de 15 canales, tres de los cuales están en el techo, un lugar olvidado para los altavoces. Otros instalan 24 canales. Son configuraciones óptimas, pero los aparatos de Imm Sound que se instalan en las salas de proyección adaptan automáticamente el sonido a los altavoces que hay. La banda sonora se registra en el formato Imm Sound y gracias al etiquetaje del sonido, este se distribuye de acuerdo con los altavoces que tenga el cine". López subraya que si la era digital lo cambia todo... también hay que ir repensando el sonido.
La próxima película de Juan Antonio Bayona, The impossible, con Ewan McGregor y Naomi Wats, sobre la tragedia de un tsunami, es la primera que se ha rodado con la tecnología acústica de la compañía.
Aunque la empresa está ahora centrada en el equipamiento de salas de cine, su tecnología puede desplegarse para los home theatre domésticos, para los videojuegos... Actualmente tienen 20 salas de cine equipadas y 40 proyectos de instalación más para este trimestre. Vicente López destaca el lado business de la misma porque le apetece poder demostrar que el dinero público que se invierte en i+D no es un regalo ni es inútil. Imm Sound se incubó en la fundación Barcelona Media, donde participan desde la Generalitat a empresas privadas, y ha recibido tanto fondos europeos como del programa Innocash del Gobierno español.
La empresa tiene una sala de mezclas en Barcelona y prepara abrir otras en Los Ángeles y Pekín.
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