Hasta hace poco, las unidades de almacenamiento en estado sólido SSD estaban siendo adoptadas como mucho para hacer las funciones de caché, algo así como una entidad intermediaria entre la solicitud de datos por parte del procesador y las unidades de almacenamiento en disco giratorio. La memoria flash es mucho más eficiente tanto en la lectura como en la escritura, por lo que era ideal para almacenar ahí los datos más utilizados por las empresas.
Sin embargo, la caída de precios de estas unidades, junto con sus interesantes capacidades a nivel de rendimiento, están siendo adoptadas cada vez más como almacenamiento primario, el denominado ‘Tier 1’ en lengua anglosajona.
La velocidad de acceso a los datos es cada vez más crítica en las empresas. En especial cuando se despliega infraestructura de escritorios virtuales (VDI) o proyectos de ‘Big Data’, donde es necesario procesar la información de manera eficiente.
Los arrays de almacenamiento en memoria SSD están cada vez más extendidos. En el caso de firmas como Fusion-io, Texas Memory Systems o Violin Memory, su apuesta por este nuevo acercamiento es total. Ofrecen unos sistemas que en ocasiones rondan un rendimiento 37 veces superior si se comparan con las unidades tradicionales en disco giratorio. “Un proceso de acceso a grandes volúmenes de datos que habitualmente requiere 21 horas para llevarse a cabo, con un sistema basado en arrays SSD se puede reducir a tan sólo 2 horas” afirma uno de los responsables de Violin Memory.
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