Desde que hace unos tres años la recesión económica arreció en Europa y Estados Unidos, Argentina se ha convertido en un destino apetecido por quienes hacen las maletas para dejar un lugar donde "no hay trabajo" por uno con "más oportunidades".
Dicho fenómeno representa un cambio a la migración unilateral que en las últimas décadas tradicionalmente se produce hacia Estados Unidos o Europa. Ahora el fenómeno parece más bien una autopista de doble vía.Según la cifras suministradas a BBC Mundo por la Dirección Nacional de Migraciones de Argentina (DNMA), desde 2004 unos 3.000 españoles se han instalado de manera permanente en la nación sudamericana, siendo 2011 -con casi 700- el de máximo número de radicaciones en la última década.
Al ver la escala de residencias otorgadas a españoles se aprecia que se ha mantenido en constante ascenso en los últimos siete años.
Después de los países fronterizos y del resto de América Latina, son los chinos y los estadounidenses quienes primero aparecen en el registro oficial de radicaciones permanentes y temporales.
Unos 15.000 chinos se han establecido en Argentina desde 2004, mientras que poco más de 4.700 estadounidenses han hecho lo propio en el mismo lapso.
Estas cifras, sin embargo, pueden ser sólo la punta del iceberg, ya que no incluyen a los extranjeros -europeos o estadounidenses- que viven en territorio argentino como "turistas" y que cada 90 días salen del territorio a renovar el visado.
"Es difícil medir los casos de irregulares, pero según las estimaciones que hacemos por los operativos de inspección puede ser entre 20% o 30% mayor a los números regulares", señaló a BBC Mundo el director de inmigración de la DNMA, Sebastián Bagini.
Recuerdo
Para algunos españoles en Buenos Aires, la cifra récord de residencias obtenidas no representa una sorpresa.
"Argentina está como España en 2004" señaló a BBC Mundo Juan Linares, un catalán llegado en 2010, para explicar la prosperidad que hubo en el mercado español hace más de un lustro y que reencontró en suelo porteño.
"Espero que eso no signifique que Argentina esté al final de un ciclo de crecimiento. Y si lo está acá hay una diferencia fundamental y es que la gente tiene una actitud de recuperarse ante todo. En España, cuando el boom inmobiliario, nadie parecía estar esperando una desaceleración", aseveró.
Para los españoles que llegan a Argentina el cambio de panorama es radical. Dejan un país que atraviesa un paquete de austeridad y máximos de desempleo, por uno que viene creciendo a un ritmo de 9% en los últimos años.
Elegir Buenos Aires mucho tuvo que ver para Linares con estar en pareja con una argentina. Pero ambos primero lo intentaron en Barcelona, España.
"Nos conocimos en España en 2007. Pero a ninguno de los dos nos funcionó. Ella quería conseguir algo allá durante un tiempo y yo seguir en lo mío. Pero no se conseguía trabajo", señaló.
En cambio en Argentina, Linares no sólo logró un empleo en su especialidad de técnico audiovisual sino que la economía le ofreció condiciones para "reinventarse" como consultor en comunicaciones en redes sociales para empresas.
"Encontré más trabajo que en Barcelona, me da la sensación de que acá las cosas van bien", apuntó.
"Argentina está como España en 2004" señaló a BBC Mundo Juan Linares, un catalán llegado en 2010, para explicar la prosperidad que hubo en el mercado español hace más de un lustro y que reencontró en suelo porteño.
"Espero que eso no signifique que Argentina esté al final de un ciclo de crecimiento. Y si lo está acá hay una diferencia fundamental y es que la gente tiene una actitud de recuperarse ante todo. En España, cuando el boom inmobiliario, nadie parecía estar esperando una desaceleración", aseveró.
Para los españoles que llegan a Argentina el cambio de panorama es radical. Dejan un país que atraviesa un paquete de austeridad y máximos de desempleo, por uno que viene creciendo a un ritmo de 9% en los últimos años.
Elegir Buenos Aires mucho tuvo que ver para Linares con estar en pareja con una argentina. Pero ambos primero lo intentaron en Barcelona, España.
"Nos conocimos en España en 2007. Pero a ninguno de los dos nos funcionó. Ella quería conseguir algo allá durante un tiempo y yo seguir en lo mío. Pero no se conseguía trabajo", señaló.
En cambio en Argentina, Linares no sólo logró un empleo en su especialidad de técnico audiovisual sino que la economía le ofreció condiciones para "reinventarse" como consultor en comunicaciones en redes sociales para empresas.
"Encontré más trabajo que en Barcelona, me da la sensación de que acá las cosas van bien", apuntó.
Adaptación
Margaux de Bertier es una joven francesa que tiene un año y tres meses en Argentina.
"Buscaba un país con similitudes a Europa y encontré a Buenos Aires, por eso estoy acá", dice a BBC Mundo.
Al igual que Linares, la falta de trabajo la impulsó a buscar un mercado fuera de su país natal.
"Encontré muchos franceses y europeos acá que se vinieron a causa de la crisis económica. Sé de gente de Londres, París, Barcelona o Madrid que no encuentran trabajo y deciden venir a conocer otro lugar, otra cultura u otro idioma", indicó.
"Yo estudié en una escuela de comercio y siempre te decían que una vez que te gradúes 'tendrás un buen trabajo' y ‘ganarás mucho dinero’. Pero cuando terminé no me lo daban diciéndome que era por falta de experiencia. ¡Cómo iba a tener experiencia si no me daban un trabajo!", señaló a BBC Mundo.
La diferencia entre esta francesa y el joven catalán es la realidad de la adaptación que significa emigrar. Linares llegó con su novia argentina y la respectiva red social.
"Yo llegué sola con mis maletas. Es complicado para una chica en una ciudad grande sin conocer a nadie", afirma De Bertier.
"Es imposible, por ejemplo, ir a un bar y presentármele a la gente. Eso no se hace. Pero bueno, contacté a mis amigos en Francia y pregunté quién tiene amigos acá, y ahora tras un año y tres meses tengo trabajo, amigos y vivo en un piso (apartamento) sola", aseveró.
De Bertier también es ejemplo de esa inmigración europea en Argentina que puede -adrede o no- terminar recreando su vida en Europa en Buenos Aires.
Aunque afirma con certeza que "los argentinos son muy amables con los extranjeros, te ayudan mucho" también reconoce que su círculo social incluye a muy pocos locales.
"No se por qué es eso", responde entre risas tratando de evadir la respuesta.
La consecuencia de esto es que algunos estadounidenses empezaron a plantearse a dónde ir para que les rindiese el ingreso.
"Vienen algunos religiosos, como mormones, pero también hay muchos que vienen (desde Estados Unidos) porque son rentistas o la situación económica les es favorable", afirma Bagini.
Uno de ellos es Rick Evans, oriundo de Denver, quien es parte de la creciente comunidad de estadounidenses establecida en Buenos Aires.
"En una cena con amigos alguien me dijo que en Argentina mi pensión estatal me permitiría vivir sin problemas. Yo ya conocía el país, me había gustado. Cuando hice los números comprobé que era cierto y decidí venirme", cuenta a BBC Mundo.
Evans quedó comprometido financieramente tras un costoso divorcio y la posibilidad de "estirar" la pensión en un lugar "que además me gusta" era difícil dejar pasar.
Este estadounidense también explica que dejó su país de origen "porque estaba cansado de la cultura estadounidense. La economía se adhirió al consumismo y eso alimentó el ego de la gente".
"Acá la gente parece más feliz, siempre hay algo pasando, hay una gran energía, y la comida y el café están muy bien", señaló.
Poco a poco va creciendo una suerte de estructura de inmigrantes sobre todo en Buenos Aires, como redes para ayudarse o informarse entre unos u otros.
Por ejemplo hay cada vez más comunidades de extranjeros en la red, grupos de fútbol, numerosos blogs de expatriados, clases de lunfardo (dialecto porteño) en escuelas de idiomas, entre otros.
"Acá el estándar de vida puede ser más bajo (que en Estados Unidos) pero la calidad de vida es mucho mejor", aseveró Evans.
"No se si viviré aquí para siempre, pero por ahora voy bien", agregó.
"Buscaba un país con similitudes a Europa y encontré a Buenos Aires, por eso estoy acá", dice a BBC Mundo.
Al igual que Linares, la falta de trabajo la impulsó a buscar un mercado fuera de su país natal.
"Encontré muchos franceses y europeos acá que se vinieron a causa de la crisis económica. Sé de gente de Londres, París, Barcelona o Madrid que no encuentran trabajo y deciden venir a conocer otro lugar, otra cultura u otro idioma", indicó.
"Yo estudié en una escuela de comercio y siempre te decían que una vez que te gradúes 'tendrás un buen trabajo' y ‘ganarás mucho dinero’. Pero cuando terminé no me lo daban diciéndome que era por falta de experiencia. ¡Cómo iba a tener experiencia si no me daban un trabajo!", señaló a BBC Mundo.
La diferencia entre esta francesa y el joven catalán es la realidad de la adaptación que significa emigrar. Linares llegó con su novia argentina y la respectiva red social.
"Yo llegué sola con mis maletas. Es complicado para una chica en una ciudad grande sin conocer a nadie", afirma De Bertier.
"Es imposible, por ejemplo, ir a un bar y presentármele a la gente. Eso no se hace. Pero bueno, contacté a mis amigos en Francia y pregunté quién tiene amigos acá, y ahora tras un año y tres meses tengo trabajo, amigos y vivo en un piso (apartamento) sola", aseveró.
De Bertier también es ejemplo de esa inmigración europea en Argentina que puede -adrede o no- terminar recreando su vida en Europa en Buenos Aires.
Aunque afirma con certeza que "los argentinos son muy amables con los extranjeros, te ayudan mucho" también reconoce que su círculo social incluye a muy pocos locales.
"No se por qué es eso", responde entre risas tratando de evadir la respuesta.
Calidad de vida
La recesión global empezó en 2008 en Estados Unidos con las llamadas hipotecas subprime.La consecuencia de esto es que algunos estadounidenses empezaron a plantearse a dónde ir para que les rindiese el ingreso.
"Vienen algunos religiosos, como mormones, pero también hay muchos que vienen (desde Estados Unidos) porque son rentistas o la situación económica les es favorable", afirma Bagini.
Uno de ellos es Rick Evans, oriundo de Denver, quien es parte de la creciente comunidad de estadounidenses establecida en Buenos Aires.
"En una cena con amigos alguien me dijo que en Argentina mi pensión estatal me permitiría vivir sin problemas. Yo ya conocía el país, me había gustado. Cuando hice los números comprobé que era cierto y decidí venirme", cuenta a BBC Mundo.
Evans quedó comprometido financieramente tras un costoso divorcio y la posibilidad de "estirar" la pensión en un lugar "que además me gusta" era difícil dejar pasar.
Este estadounidense también explica que dejó su país de origen "porque estaba cansado de la cultura estadounidense. La economía se adhirió al consumismo y eso alimentó el ego de la gente".
"Acá la gente parece más feliz, siempre hay algo pasando, hay una gran energía, y la comida y el café están muy bien", señaló.
Poco a poco va creciendo una suerte de estructura de inmigrantes sobre todo en Buenos Aires, como redes para ayudarse o informarse entre unos u otros.
Por ejemplo hay cada vez más comunidades de extranjeros en la red, grupos de fútbol, numerosos blogs de expatriados, clases de lunfardo (dialecto porteño) en escuelas de idiomas, entre otros.
"Acá el estándar de vida puede ser más bajo (que en Estados Unidos) pero la calidad de vida es mucho mejor", aseveró Evans.
"No se si viviré aquí para siempre, pero por ahora voy bien", agregó.
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