Los componentes electrónicos de los teléfonos móviles van mejorando: son cada vez más potentes y consumen menos. Pero necesitan una pantalla enorme, que es lo que más energía consume. Aunque se están empleando tecnologías más eficientes como las pantallas OLED, que los compradores de televisiones están esperando como agua de mayo, la mayoría de los usuarios siguen acostumbrados a tener que recargar su teléfono al final del día, cuando no antes.
Un equipo de investigadores de la Universidad de Cambridge, dirigido por Arman Anhood, está trabajando en un sistema para recuperar parte de la energía empleada por la pantalla. Incluso en las eficientes pantallas OLED sólo un 36% de la luz generada es proyectada al exterior. Buena parte se pierde por los bordes, donde resulta inservible. Así que han puesto una finísima película de células fotovoltaicas en los bordes de la pantalla para intentar recuperar parte de la energía empleada en emitirla.
Además, debajo de las pantallas OLED han colocado otra capa de células fotovoltaicas hechas con una película delgada de silicio de amorfo hidrogenado cuya función es captar la luz ambiental cuando la pantalla no está en uso, informa IEEE Spectrum.
De este modo, su primer prototipo alcanza una eficiencia del 11% con unos picos del 18%. En una pantalla típica de 3,7 pulgadas, eso puede suponer la generación de 5 milivatios, "que es una energía bastante útil", dice Ahnood, aunque no es más que una pequeña fracción, de alrededor de un 1%, de las necesidades de un teléfono móvil. De modo que los siguientes pasos del equipo se centrarán en probar con nuevos materiales para mejorar la eficiencia hasta el punto en que pueda extender un par de horas la autonomía de los móviles.
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