El ingeniero Ji Wu (Pekín, 1958) encarna la nueva cara de China en el espacio. Es una cara pública y abierta al mundo que contrasta con el hermetismo que rodea al programa espacial chino. El Ejército sigue controlando entre silencios las misiones espaciales tripuladas, para recelo de los sectores conservadores de EEUU, que ven en el gigante asiático la principal amenaza a su hegemonía en el espacio. Hace una década, China remodeló su programa espacial, hasta entonces basado en fines militares y económicos, para incluir un puñado de misiones científicas. Esta nueva rama ha logrado colaboraciones inéditas con la Agencia Espacial Europea (ESA) (en la misión Double Star) o con Rusia (en la Phobos-Grunt, que despega en noviembre). Detrás de ambas ha estado Wu, director general del Centro Nacional de Ciencia Espacial de China. Ayer, antes de explicar la hoja de ruta de las misiones científicas de China en el espacio durante un simposio de la Fundación Ramón Areces, Wu detalló a Público el delicado momento por el que pasan sus relaciones con EEUU.
Es la primera vez que China envía una sonda a Marte. ¿Cómo se siente al haber sido el responsable de la misión?
Es un gran paso adelante. China ha sido un país en desarrollo durante mucho tiempo. Hemos invertido mucho dinero en lanzar satélites con diferentes aplicaciones, pero no con misiones científicas. Ahora somos más ricos, tenemos algo más de dinero y debemos hacer contribuciones, no sólo para nuestra economía, sino para el conjunto de la humanidad.
¿En qué otras proyectos va a trabajar ahora?
En los próximos cinco años tenemos otras tantas misiones. Un telescopio astronómico, un detector de materia oscura, una para estudiar el tiempo espacial y otras dos para analizar microgravedad y biología. De 2016 a 2020 lanzaremos una nueva tanda.
Países como EEUU critican a China por su falta de transparencia. ¿Qué opina?
En cuanto a los proyectos científicos, somos muy abiertos. Tuvimos la misión con la ESA y todos nuestros datos están accesibles. Hay investigadores europeos y estadounidenses en China. Sabemos que es la mejor manera de maximizar los resultados. La parte de exploración humana es diferente. La opera otro organismo del Gobierno y no podemos controlarla. En mi opinión, la exploración humana no es ciencia, sino política. En cuanto a ciencia, no tenemos problemas en colaborar con otros países, y creo que en el futuro el programa de exploración humana también se abrirá al mundo.
¿Ha dado el Ejército signos de apertura de su programa espacial?
El secreto no es de tipo militar, es una idiosincrasia. Cuando operaban satélites de defensa, lo mantenían en secreto. Ahora, cuando operan vuelos espaciales tripulados, mantienen esa política. No es que tengamos una tecnología secreta o estemos aún en la Guerra Fría, es simplemente su política. Creo que tienen contactos con la NASA y con la ESA y estoy seguro de que se abrirán en el futuro. En ese futuro pondremos en órbita nuestra propia estación espacial y tendremos que invitar a astronautas extranjeros e incluso tendremos que acoplarnos a la ISS [Estación Espacial Internacional].
¿Hablan con EEUU de ese acoplamiento?
El Gobierno de EEUU ha bloqueado las conversaciones con nosotros. El Congreso de EEUU ha instituido una ley temporal por la que la NASA no puede mantener encuentros o comunicarse con China durante al menos un año. Congresistas de extrema derecha han promovido esa ley [el republicano Frank Wolf incluyó la medida en el presupuesto de 2011]. Pero hablamoscon los europeos y los rusos so-bre el sistema de anclaje con la ISS.
Algunos congresistas de EEUU temen que China se convierta en la primera potencia espacial en el futuro ¿Cree que sucederá?
No. Si se tiene en cuenta el presupuesto, la NASA es aún la agencia mejor situada. Tiene 18.000 millones [de dólares] al año, entre tres y cinco veces más que la ESA o la Agencia de Japón. La NASA seguirá siendo el líder durante años. China es un recién llegado y no creo que nunca logre convertirse en una superpotencia. Según los planes de EEUU, la ISS se cerrará en 2020. Y nosotros mandaremos la nuestra en 2020 o 2022. Tal vez en ese momento China sea la única nación con una estación espacial. Eso puede dar a cierta gente la impresión de que China será el líder, pero nunca lo seremos. Es posible que los socios de la ISS consigan más dinero y la mantengan abierta, o tal vez vengan nuevos países, como India, que lancen laboratorios espaciales. Nadie sabe quién será el líder.
¿Dejará China entrar a astronautas de otros países a su estación?
No creo que haya barreras. Es sólo un problema de relaciones.
Usted ha trabajado para agencias espaciales de China y de Europa. ¿Qué podrían aprender unas de otras?
Desde el punto de vista político, la forma de Occidente de elegir misiones científicas, empezando desde abajo y con los proyectos que proponen los científicos y que luego son revisados por agencias y consejos independientes, es muy buena. Es algo que China ha aprendido. Desde el punto de vista chino, probablemente es bueno que el país tenga un Gobierno tan fuerte. Cuando este toma una decisión, todo el mundo trabaja en ella, de manera fuerte y manteniendo el calendario de forma estricta. Es algo bueno para la exploración espacial.
¿Un poco de comunismo es bueno en este sector?
No en términos de comunismo, sino en términos de objetivos. Es una cultura.
¿Cuál es su sueño como investigador?
Producir descubrimientos rompedores. Si miras los libros de texto modernos, la mayoría de las teorías han sido hechas por los europeos. No hay contribuciones chinas. Mi sueño es hacer esas contribuciones chinas.
Es la primera vez que China envía una sonda a Marte. ¿Cómo se siente al haber sido el responsable de la misión?
Es un gran paso adelante. China ha sido un país en desarrollo durante mucho tiempo. Hemos invertido mucho dinero en lanzar satélites con diferentes aplicaciones, pero no con misiones científicas. Ahora somos más ricos, tenemos algo más de dinero y debemos hacer contribuciones, no sólo para nuestra economía, sino para el conjunto de la humanidad.
¿En qué otras proyectos va a trabajar ahora?
En los próximos cinco años tenemos otras tantas misiones. Un telescopio astronómico, un detector de materia oscura, una para estudiar el tiempo espacial y otras dos para analizar microgravedad y biología. De 2016 a 2020 lanzaremos una nueva tanda.
Países como EEUU critican a China por su falta de transparencia. ¿Qué opina?
En cuanto a los proyectos científicos, somos muy abiertos. Tuvimos la misión con la ESA y todos nuestros datos están accesibles. Hay investigadores europeos y estadounidenses en China. Sabemos que es la mejor manera de maximizar los resultados. La parte de exploración humana es diferente. La opera otro organismo del Gobierno y no podemos controlarla. En mi opinión, la exploración humana no es ciencia, sino política. En cuanto a ciencia, no tenemos problemas en colaborar con otros países, y creo que en el futuro el programa de exploración humana también se abrirá al mundo.
¿Ha dado el Ejército signos de apertura de su programa espacial?
El secreto no es de tipo militar, es una idiosincrasia. Cuando operaban satélites de defensa, lo mantenían en secreto. Ahora, cuando operan vuelos espaciales tripulados, mantienen esa política. No es que tengamos una tecnología secreta o estemos aún en la Guerra Fría, es simplemente su política. Creo que tienen contactos con la NASA y con la ESA y estoy seguro de que se abrirán en el futuro. En ese futuro pondremos en órbita nuestra propia estación espacial y tendremos que invitar a astronautas extranjeros e incluso tendremos que acoplarnos a la ISS [Estación Espacial Internacional].
¿Hablan con EEUU de ese acoplamiento?
El Gobierno de EEUU ha bloqueado las conversaciones con nosotros. El Congreso de EEUU ha instituido una ley temporal por la que la NASA no puede mantener encuentros o comunicarse con China durante al menos un año. Congresistas de extrema derecha han promovido esa ley [el republicano Frank Wolf incluyó la medida en el presupuesto de 2011]. Pero hablamoscon los europeos y los rusos so-bre el sistema de anclaje con la ISS.
Algunos congresistas de EEUU temen que China se convierta en la primera potencia espacial en el futuro ¿Cree que sucederá?
No. Si se tiene en cuenta el presupuesto, la NASA es aún la agencia mejor situada. Tiene 18.000 millones [de dólares] al año, entre tres y cinco veces más que la ESA o la Agencia de Japón. La NASA seguirá siendo el líder durante años. China es un recién llegado y no creo que nunca logre convertirse en una superpotencia. Según los planes de EEUU, la ISS se cerrará en 2020. Y nosotros mandaremos la nuestra en 2020 o 2022. Tal vez en ese momento China sea la única nación con una estación espacial. Eso puede dar a cierta gente la impresión de que China será el líder, pero nunca lo seremos. Es posible que los socios de la ISS consigan más dinero y la mantengan abierta, o tal vez vengan nuevos países, como India, que lancen laboratorios espaciales. Nadie sabe quién será el líder.
¿Dejará China entrar a astronautas de otros países a su estación?
No creo que haya barreras. Es sólo un problema de relaciones.
Usted ha trabajado para agencias espaciales de China y de Europa. ¿Qué podrían aprender unas de otras?
Desde el punto de vista político, la forma de Occidente de elegir misiones científicas, empezando desde abajo y con los proyectos que proponen los científicos y que luego son revisados por agencias y consejos independientes, es muy buena. Es algo que China ha aprendido. Desde el punto de vista chino, probablemente es bueno que el país tenga un Gobierno tan fuerte. Cuando este toma una decisión, todo el mundo trabaja en ella, de manera fuerte y manteniendo el calendario de forma estricta. Es algo bueno para la exploración espacial.
¿Un poco de comunismo es bueno en este sector?
No en términos de comunismo, sino en términos de objetivos. Es una cultura.
¿Cuál es su sueño como investigador?
Producir descubrimientos rompedores. Si miras los libros de texto modernos, la mayoría de las teorías han sido hechas por los europeos. No hay contribuciones chinas. Mi sueño es hacer esas contribuciones chinas.
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