El pasado 17 de febrero el gigante de internet Google, patrocinador del concurso, anunció la parrilla con los 29 equipos que compiten por su premio entre los que figuran ocho equipos nuevos de países como India, Brasil o Chile, aprovechando para hacer autobombo. "Cuando anunciamos la competición por primera vez [en 2007] pensamos que tal vez habría una docena de grupos con el talento y el atrevimiento suficiente para participar", dijo Peter Diamandis, responsable de la Fundación de los X Prize el día del anuncio. "Sin embargo, ahora tenemos casi 30 equipos de innovadores heroicos mostrándonos un nuevo camino hacia la Luna", añadió.
Al contrario que casi todas las gestas espaciales conocidas, esta la protagonizarán empresas (desde fabricantes de automóviles como Chrysler a empresas de armamento como Raytheon), y no agencias espaciales nacionales. El capital de los equipos debe ser privado en un 90%, según las bases del concurso. El objetivo principal es poner sobre la Luna un robot capaz de avanzar medio kilómetro, grabar imágenes y enviarlas a la Tierra junto a correos electrónicos.
Si en las primeras carabelas iban militares, visionarios y muertos de hambre, estas nuevas expediciones no son menos variopintas. Los equipos son una amalgama de empresarios, inversores, periodistas, científicos y defensores del software libre. Su verdadero objetivo es mucho más ambicioso que ganar los aproximadamente 23 millones de euros del premio. El negocio está en las tecnologías que se desarrollarán por el camino a la Luna, como las cámaras que permitirán ver a los robots y que pueden ser muy rentables en la Tierra. "Uno de sus usos sería en coches capaces de esquivar una valla si te quedas dormido al volante", explica Joshua Tristancho, investigador de la Universidad Politécnica de Catalunya y uno de los coordinadores del equipo FREDNET. Tras esta propuesta con base oficial en EEUU se esconde una red de más de 700 voluntarios de 63 países que construyen el proyecto, por internet y en abierto.
Más aún, los equipos piensan que serán los primeros en abrir una ruta que acabará en la conquista de la Luna y el establecimiento de colonias que permitan extraer recursos y usarlos para adentrarse aún más en el espacio.
"Desde la Luna, lanzar un cohete es 22 veces más fácil que hacerlo desde la Tierra", señala Marc Zaballa, uno de los líderes del Barcelona Moon Team, el único de los 29 equipos que está oficialmente radicado en España. Uno de sus objetivos es el experimento Selena, diseñado para extraer oxígeno del suelo lunar para usarlo como combustible. "Sería la demostración de que se puede sustentar vida y mantener una base humana en la Tierra", añade Zaballa. Su primer intento de lanzamiento, tal vez a bordo de un cohete privado, no llegará antes de 2013, señala.
Esfera con tentáculos
Entre las propuestas hay robots parecidos a los exploradores marcianos de la NASA, otros que avanzan a saltos para poder llegar a cráteres y algunos que son una esfera rodante o propulsada por tentáculos. Los proyectos más adelantados cuentan con el apoyo financiero de empresas de automóviles, contratistas militares e incluso la NASA, que adquirirá parte de las tecnologías que desarrollan tres equipos a cambio de otros 23 millones de euros.Para muchos de los participantes, la única manera de llegar a la Luna será en los cohetes Falcon de la empresa SpaceX, que aún están en pruebas pero que ya admiten reservas. Los vehículos podrían resultar mucho más baratos que los cohetes de carga europeos, rusos o japoneses que gestionan las agencias espaciales. Otros equipos han decidido mirar a potencias espaciales emergentes, como el inventor alemán Markus Bindhammer, que sopesa enviar su robot a bordo de un cohete chino.
Otros proyectos en marcha
El ‘Astrobotic', un vehículo para amateurs
Los responsables del ‘Astrobotic', un vehículo espacial de forma piramidal, aseguran que pilotos no profesionales podrán tomar los mandos del ‘rover' desde la Tierra en determinadas ocasiones, para acercar la experiencia de "tomar la Luna" al gran público. Además, el ‘Astrobotic', que tiene autonomía para viajar decenas de kilómetros por cada día lunar acarreando más de 100 kilos de carga útil, enviará constantemente imágenes en 3D captadas desde la superficie lunar. De metro y medio de alto, este vehículo se destinará a proyectos culturales a su regreso a la Tierra.La iniciativa que no quiere desvelar detalles
El equipo Mystical Moon define como uno de sus objetivos principales, además de ganar, "inspirar a la juventud de hoy para estudiar ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas". Su peculiaridad es que guarda en absoluto secreto los detalles de su proyecto y la identidad y nacionalidad de sus miembros, que se identifican mediante alias. El nombre de su nave es ‘Black Magic', con el que pretenden "abrir la puerta al misterio de lo desconocido" a través del conocimiento. El equipo pide en su definición que se les envíen preguntas, aunque avisan de que no romperán el anonimato.Los ocho últimos que se incorporaron
Hace apenas 15 días la Fundación X Prize reveló ocho equipos nuevos que no habían sido anunciados con anterioridad. Es el caso de Mystical Moon, y también de los equipos Space IL de Israel, Puli de Hungría, SpaceMETA de Brasil, Plan B de Canadá, Penn State Lunar Lions de EEUU, Angelicum de Chile e Indus de India. El diseño de sus vehículos tiene muy poco que ver entre sí (unos se basan en una idea de simplicidad y otros en un diseño enrevesado), pero todos tienen como elemento común contribuir a la industria espacial y hacer un llamamiento a la participación.Publico
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