La compañía está dispuesta a cerrar sus operaciones en el país asiático como respuesta a varios ataques "altamente sofisticados" a su infraestructura.
Google ha descubierto que en los últimos días está recibiendo ataques "altamente sofisticados" a su infraestructura con el objetivo de hacerse con las contraseñas de correo electrónico de algunos activistas defensores de la libertad de expresión en China.
El ataque podría haber comprometido también a los sistemas informáticos a unas 30 empresas con sede fuera del país asiático.
Google tiene las sospechas de que los ataques proceden de la propia China y ha anunciado que está dispuesta a cerrar sus operaciones en el país y a abandonar este mercado dominado por Baidu.
De momento es una posibilidad que la compañía deja abierta, aunque la primera medida de hecho que ha tomado es la negativa a continuar censurando las búsquedas en el país, como hasta ahora hacía bajo petición de las autoridades gubernamentales.
La compañía deja abierta la posibilidad, aunque es consciente de que la no censura puede implicar el cierre casi automático de sus operaciones. "Reconocemos que esto puede significar que tengamos que cerrar Google.cn y posiblemente nuestras oficinas en China", explicaba en un comunicado oficial, ante lo que puede estar al llegar: la obligación gubernamental al cierre.
Google tiene 700 empleados en China, donde factura unos 300 millones de dólares.
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