La economía de Estados Unidos destruyó otros 85.000 empleos en diciembre, más de lo previsto, aunque la tasa de desempleo se mantuvo estable en el 10%, según el Departamento de Trabajo.
Desde el inicio de la recesión en 2007, han desaparecido 7,2 millones de puestos de trabajo en ese país, de los cuales 4,2 millones se perdieron el año pasado.
Los analistas se mostraron sorprendidos ante este mala noticia.
“Pensaba que tendríamos más trabajadores temporales y los demás índices de empleo parecían bastante positivos”, afirmó Dan Cook, de IG Markets.
El gran perjudicado fue el sector de la construcción que destruyó 53.000 empleos, mientras que se perdieron 27.000 más en manufacturas.
20 años
Según Bruce McCain, responsable de inversiones estratégicas de Key Private Bank, los últimos datos muestran que tomará tiempo devolver la tasa de empleo a sus niveles normales.“Para la economía, creo que las cifras sobre empleos encajan con la tímida recuperación que estamos observando”, dijo.
El índice de desempleo en EE.UU. es el más alto de los últimos 20 años y supone uno de los mayores retos que debe de enfrentar el presidente Barack Obama.
Obama dijo que crear empleos es la mejor manera de reducir el inmenso déficit del país, que ahora está en US$1 billón.
En diciembre, el mandatario presentó un programa de creación de empleo, incluyendo una propuesta para usar los fondos libres del Programa para el Auxilio de Bienes en Problemas (TARP, por sus siglas en inglés) con los que se rescató al sector financiero para apuntalar a empresas pequeñas.
Repercusiones
Tal como apunta el corresponsal de BBC Mundo en Washington, Carlos Chirinos, la cifra resulta "descorazonadora" para los responsables de la economía estadounidense, que esperaban un mejor cierre del año, sobre todo considerando el buen momento que registraron las ventas decembrinas en el sector comercial.Chirinos explica que la creación de empleos y la recuperación económica será un factor determinante en la acción del gobierno de Obama en los próximos meses.
Con las elecciones parlamentarias de medio término programadas para noviembre, los electores podrían empezar a exigir al presidente medidas más radicales para combatir una crisis que hasta ahora es percibida como "herencia" del gobierno anterior, pero que con el paso del tiempo pasará a ser su responsabilidad.
Por eso, la manera como la ciudadanía juzgue la acción de la Casa Blanca en los próximos meses podría afectar el desempeño electoral de los demócratas y su capacidad de mantener las mayorías con las que actualmente cuentan en ambas cámaras del Congreso.
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