El desequilibrio de géneros en China, donde en el año 2005 nacían 119 hombres por cada 100 mujeres debido a los abortos selectivos de fetos femeninos, provocará que en 2020 haya unos 24 millones de solteros en el país más poblado del mundo.
Según un estudio del grupo de expertos del gobierno chino publicado hoy por el diario "Global Times", se trata del principal problema de distorsión de la estructura demográfica en China, ya que este desequilibrio es en el resto del mundo de entre 103 y 107 hombres por cada 100 mujeres.
Los abortos selectivos, oficialmente prohibidos, han impulsado la centenaria preferencia por el hijo varón en la sociedad patriarcal china, señala el documento, titulado "Estructura Social de la China Contemporánea", de la Academia China de Ciencias Sociales (CASS, siglas en inglés).
La academia reconoce que estos abortos son frecuentes, en especial en las áreas rurales, donde los servicios ilegales de selección de sexo son accesibles y disponibles.
Las razones detrás de este desequilibrio, sin embargo, son complejas y varían según las distintas áreas del país, añade.
Los principales motivos para la preferencia de un hijo varón, prosigue, son un bajo nivel de fertilidad y la falta de pensiones.
La tendencia en el desequilibrio de géneros se ha ralentizado desde 2005, pero todavía es muy superior a la del resto del mundo, según la Comisión Nacional de Población y Planificación Familiar.
La tendencia empezó a incrementarse en la década de 1980, tras iniciar la política que restringe el nacimiento de un hijo por cada familia, con exclusiones entre campesinos y minorías étnicas.
En 1982 nacían 108 chinos por cada 100 chinas; en la década de 1990 la proporción se desequilibró hasta 111/100; en el año 2000 alcanzó los 116/100; y en 2005 hasta 119/100.
Según Wang Guangzhou, investigador del Instituto de Población de la CASS, "el problema es más grave en las zonas rurales debido a la falta de un sistema de seguridad social allí. Los campesinos más ancianos tienen que depender cuando se retiran de sus hijos".
Según la cultura rural china, el hombre tiene que ocuparse de mantener a su familia cuando ésta envejece, mientras que la mujer se dedica a servir a la familia del marido cuando se casa.
El exceso de solteros "agravará problemas tales como que los hombres con pocos ingresos puedan encontrar esposa e incrementará la diferencia de edad entre los miembros de un matrimonio", prevé el profesor Wang.
Otro investigador de la CASS, Wang Yuesheng, cree que "un campesino de más de 40 años tendrá pocas oportunidades de casarse.
Dependerá más del sistema de seguridad social, ya que tendrán menos recursos domésticos en los que apoyarse".
La política de un solo hijo se implantó en China a finales de la década de 1970 para frenar un crecimiento demográfico del maoísmo.
Esta política, unida al uso de tecnología ultrasónica para detectar el sexo del feto, ha facilitado que las mujeres aborten cuando saben que están embarazadas de una niña, un motivo de estigma social y familiar también para la madre.
Según datos oficiales, la política de planificación familiar china ha evitado 400 millones de nacimientos desde su implantación, pero también ha aumentado el tráfico de mujeres y niños.
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