La llegada al sitio es absolutamente normal: Restaurante sushibar SHIKKU. Una vez en él y adaptándose al ambiente japonés (dan ganas de pedir toneladas de sushi, especialmente si se es aficionado a éste) nos sentamos en una sala donde los demás asistentes están escuchando a los creadores, capitaneados por José Manuel Iñiguez, uno de los fundadores de "Akaoni estudios". Sus descripciones prometen: José Manuel ha vivido en Japón durante muchos años, y eso de entrada es algo muy grande porque los occidentales no aguantamos, de media, más de un par de meses.
Una vida allí luchando contra viento y marea, sin parar, que dio sus frutos: se empapó de la cultura japonesa, y ello sumado a sus deseos de programar videojuegos resultó en una vuelta a España y la colaboración con artistas japoneses para crear este título. Canta a la vista: todos los diseños nos trasladan a Japón, aunque los textos están, gracias a Dios, en español.
Pero lo que realmente llega al alma es lo que viene después: en sólo 13 Megas (Nintendo pide que lo máximo sea, para las descargas, entre 10 y 15, y hay gente que es incapaz de usar menos de 30) han logrado meter animaciones totalmente fluidas que nunca bajan de los 60 fps (frames por segundo), músicas, multitud de enemigos y excelentes gráficos. Las cifras les avalan, y de qué forma.
En la parte que más importa, "Zombie Panic in Wonderland" cumple con creces: es entretenidísimo. No pude jugar ya que tuve que irme, pero los que allí lo hicieron salieron encantados. Es difícil, pero tiene una curva de aprendizaje muy acertada: pocos zombies que poco a poco van siendo muchos más. Se mueven genial, y el protagonista da buena cuenta de ellos.
Y ahora, lo mejor de todo: sí, "están llenos de amor". Al dispararles, de sus cuerpos salen... ¡¡Corazones!! ¿Preocupado por que sus hijos jueguen a un título violento? Aquí todo está satirizado: los colores son vivos y alegres, los zombies, de cómic (siempre en buen plan), y no hay una gota de sangre, todo son corazones. Nos dicen que eso tiene un sentido, pero que de momento no pueden desvelarlo. Damos fe de ello: "Los zombies están llenos de amor". Aunque suene hortera, el juego en sí también.
La pena es que la banda sonora no está a la venta y de momento no parece que lo vaya a estar, pero es genial estar disparando miles de balas contra zombies y que de fondo suene una música con una cantante de ópera. Anticlimático a más no poder, y funciona, vaya si funciona.
Aunque no tiene fecha concreta de lanzamiento, se espera que esté disponible durante las navidades en el Canal Tienda de Wii.
No va a revolucionar el género, ni lo quiere. Busca ser entretenido, distraer un rato, y lo logra. Además cuenta con modo cooperativo. Creado por españoles, se han dejado el dinero en él, y desde luego merecen recuperarlo porque está claro que no lo han hecho para hacerse de oro, sino porque aman este mundillo. Así da gusto.
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