La puesta en marcha de la zona de libre comercio (FTZ) en Shanghai el pasado 29 de septiembre ha abierto las puertas en este espacio a determinados sitios web bloqueados en China, como las redes sociales Facebook y Twitter.
Sin embargo, la censura de Internet en el resto del país continuará funcionando de una forma realmente efectiva, como han puesto de manifiesto los estudios llevados a cabo por el politólogo Gary King.
Los patrones observados por King demuestran que China ha volcado sus mayores esfuerzos de censura de la expresión en los medios sociales locales, tal y como recoge The Atlantic.
La policía de Internet del gobierno emplea a unas 50.000 personas que colaboran con cerca de 300.000 miembros del Partido Comunista, sin contar con los empleados que las empresas privadas deben contratar para revisar el contenido de sus propios sitios.
Del estudio se extraen dos conclusiones principales. En primer lugar, la infraestructura de la censura de China es increíblemente eficiente. Los mensajes objetables se eliminan con una velocidad casi inmediata, por lo general no superior a un plazo de 24 horas.
En segundo lugar, los censores chinos se centran, sobre todo, en los mensajes que se refieren a promover acciones colectivas incluso apolíticas, cualquier actividad de masas, por considerarlo una amenaza mayor para el régimen que las críticas directas al gobierno.
No en vano, China acaba de aprobar hasta 3 años de cárcel para quienes difundan rumores a través de Internet.
El Partido Comunista hizo la promesa de abrazar un gobierno democrático y constitucional al principio de la guerra de resistencia contra Japón, pero 60 años después esa promesa aún no se ha cumplido.
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