Los documentos filtrados por el ex miembro de la CIA, Edward Snowden, han desvelado que los datos de los ciudadanos de Brasil también se han visto comprometidos por el programa de espionaje de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) de EE.UU.
Tras conocerse los hechos, la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, ha impulsado un nuevo marco regulatorio de Internet como prioridad para el gobierno.
La nueva legislación exigirá que las grandes empresas de Internet que operan en Brasil almacenen los datos de los usuarios en los servidores locales. De lo contrario, se les prohibirá hacer negocios en uno de los mercados de más rápido crecimiento para el sector tecnológico y las redes sociales.
Tal y como informa Reuters, para las empresas de tecnología en Brasil la decisión del gobierno plantea un serio conflicto.
Según los analistas y ejecutivos de la industria, la medida no va a resolver los problemas de seguridad nacionales y en su lugar aumentará los costes, dañando las inversiones futuras en un mercado emergente clave para compañías como Google, Facebook o Twitter.
Ronaldo Lemos, profesor de la Universidad de Río de Janeiro, que ha ayudado a crear los proyectos de ley de Internet en Brasil, ha afirmado que “el nuevo marco podría llegar a tener el efecto contrario al deseado y ahuyentar a las empresas que quieren hacer negocios en Brasil”.
El proyecto de ley aún no se ha hecho público y no está claro el número de empresas que están en el ojo del huracán.
Muchas compañías todavía están esperando ver la “letra pequeña” de la legislación y la forma en la que esta se implementará, antes de decidir si continúan con sus planes de inversión.
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