Un documento
elaborado por la agencia de inteligencia de Estados Unidos abría este
lunes la caja de los truenos. Las compañías chinas Huawei y ZTE suponen,
según las conclusiones de una investigación de 11 meses de duración, un “peligro para la seguridad nacional”.
Estas acusaciones iban acompañadas de una recomendación aún más dañina para los intereses comerciales de una de las implicadas en el país. Se instaba a las compañías e individuales norteamericanos que dejasen de hacer negocios con Huawei.
Según la investigación, la compañía china podría utilizar su despliegue de infraestructura para espiar algunas comunicaciones y atacar sistemas.
Las autoridades chinas han expresado como era de esperar su “gran preocupación y oposición” con respecto a estas acusaciones. El informe, dicen según declaraciones que recoge Reuters,
está basado en “sospechas subjetivas, sin fundamentos sólidos”.
Califica el contenido de la investigación de “acusaciones infundadas”.
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