Las reformas económicas cumplen cuatro años y parecen
dejar a más de un cubano insatisfecho: las consideran lentas, de poco
calado, que no son integrales y, sobre todo, no sienten que hayan
mejorado sustancialmente sus vidas.
Bastante hay de cierto, pero también influye un
estilo diferente. Al frente del país hay un liderazgo más cauto para
anunciar éxitos, que analiza las consecuencias de cada medida y pretende
cambiar el modelo sin criticar las estrategias anteriores.Marino Murillo -cabeza de la comisión impulsora de las reformas- dijo a BBC Mundo que la lentitud se debe a "un déficit de liquidez de divisas, la crisis mundial que dificulta los créditos y también a que nos falta prepararnos mentalmente para los cambios".
La promulgación de cada una de las reformas va acompañada de límites absurdos, acápites que muestran la falta de definición en el modelo a construir y revelan el temor que sienten algunos sectores a las consecuencias de los cambios.
La percepción de la gente
"Los cambios aquí en la parte oriental donde yo vivo son muy lentos y no han sido para mejorar al ciudadano de a pie", señala Ricardo Hernández, un constructor de la provincia de Holguín desocupado desde que regresó de su misión en Venezuela.Un joven profesional de Santiago de Cuba aseguró a BBC Mundo "que las reformas que más impacto tendrían no se han implementado todavía, me refiero a la migratoria, doble moneda, internet y a que los universitarios podamos trabajar por cuenta propia".
"Los cambios van lentos, pero uno tiene que adaptarse porque el país tiene una situación un poco mala", afirma la telefonista Abelina Pérez, de la provincia de Villa Clara, quien asegura que debe recibir ayuda de su hijo porque el salario "no me alcanza para vivir".
La insatisfacción de los cubanos tiene también un factor subjetivo. Durante décadas, el optimismo marcó una retórica que hoy choca con la crudeza del discurso de Raúl Castro, quien abiertamente dice que están al borde del abismo, que el salario no alcanza o que la unanimidad es falsa.
Otro contraste es la aplicación de planes pilotos locales previos a la generalización de los cambios en todo el país. Antes las ideas se llevaban a la práctica mucho más rápidamente, algunas culminaban con éxito y otras se convertían en sonados fracasos con enormes costos.
Además, el discurso oficial recalca que no hay "reformas" sino una "actualización del modelo". Esto trasmite a la gente la idea de que no hay transformaciones de fondo, pero le da al gobierno la libertad de cambiarlo todo sin tener que hacer un balance crítico del modelo anterior.
"No resuelve los principales problemas"
El economista disidente Oscar Espinosa dijo a BBC Mundo que "las reformas son un fracaso y se ha perdido un tiempo precioso. La entrega de tierras, por ejemplo, se realizó sin facilitar las condiciones mínimas a los campesinos con lo cual los resultados son ínfimos".Agrega que "el trabajo por cuenta propia es bueno porque le dio vida a la sociedad pero no resuelve los principales problemas. Hace falta darle impulso a las pequeñas y medianas empresas, dejar que la gente importe lo que necesita y que se desarrolle".
El trabajo por cuenta propia se ha estancado, aunque en realidad no había crecido tanto. El 70% de los nuevos autónomos son personas que estaban "desvinculados laboralmente", dicho en otras palabras son cuentapropistas clandestinos que acaban de legalizarse.
Sólo 80.000 extrabajadores del Estado solicitaron licencias, una cifra ínfima cuando el plan de despidos prevé pasar un millón de empleados al sector privado. El estancamiento puede deberse a la falta de capital e insumos para iniciar un negocio.
Los trabajos de los investigadores del Centro de Estudios de la Economía Cubana sugieren que las reformas se desaceleraron porque el gobierno quiere definir hacia qué país se marcha y cuáles serán las principales líneas maestras para construir ese modelo.
Afirman que el calado teórico de las reformas es profundo, pero en la práctica lo que más se hizo es eliminar prohibiciones y emitir algunos decretos que ya están obsoletos porque los cambios no pueden tener integralidad y coherencia si no se sabe hacia dónde se va.
Consideran que por eso es importante definir cuál será el modelo agrícola y, a partir de ahí, quitar del camino todo lo que entorpece la producción de alimentos, garantizando insumos, créditos, mercados mayoristas y permitiendo a las cooperativas importar y exportar.
El propio Raúl Castro confirmó esta semana en el parlamento que se dan "los pasos iniciales para la conceptualización del modelo económico del país y se aprobaron (...) todo lo cual sienta las bases para ejecutar las transformaciones mas sustanciales".
Diez reformas y sus "peros"
- Se entregaron más de 1.300 hectáreas a los campesinos de forma gratuita. "Pero" no se permitió hasta ahora construir casas en ellas, no se venden insumos, no se permite importarlos, se les limita la venta libre de sus producciones y los tiempos de usufructo son muy cortos.
- Se cuadruplicó el número de trabajadores por cuenta propia. "Pero" se limita a menos de 200 oficios y ponen trabas al desarrollo, como el límite de 50 sillas en los restaurantes. No hay mercados mayoristas, faltan insumos en las tiendas, los créditos bancarios son ínfimos y hasta ahora estaba prohibido asociarse en cooperativas urbanas.
- Se autorizó el acceso de los cubanos residentes en la isla a los hoteles y estos se convirtieron en el segundo grupo después de los canadienses. "Pero" son tratados como turistas de segunda que pagan precios de primera, tienen prohibidas las excursiones en barcos, el trato y el servicio es de peor calidad y no se respetan los paquetes contratados.
- Se autorizó el uso de teléfonos celulares a los cubanos y se saltó de 250.000 a 1.300.000 usuarios. "Pero" a pesar del crecimiento, siguen estando entre los más caros del mundo: el minuto de llamada local ronda los US$0,40.
- Se creó un sistema impositivo nacional. "Pero" hasta ahora las grandes empresas estatales trabajan con presupuesto estatal centralizado y tampoco existen gravámenes sobre el salario de la mayoría de los trabajadores.
- Se decidió pasar a manos de sus trabajadores parte de los servicios. "Pero" sólo se ha hecho con un par de empresas de taxis y con las peluquerías, mientras se sigue estudiando dar pasos similares en la hostelería y el transporte.
- Se redujeron los subsidios a los alimentos. "Pero" los salarios no crecieron tanto como para compensarlo ni se aumentó la oferta de productos para bajar los precios en el libre mercado estatal o privado.
- Se autoriza la compraventa de automóviles. "Pero" limitada a vehículos usados, los cero kilómetros sólo podrán comprarlos un número reducido de ciudadanos, tras obtener una carta de autorización del gobierno.
- Se proponen descentralizar el poder político. "Pero" la experiencia se desarrolla sólo en dos provincias -las recién creadas Artemisa y Mayabeque- y se avanza en el mayor de los secretos.
- Se promueve una mayor autonomía de las empresas estatales. "Pero" no aclaran qué papel jugará el mercado, no se cuestionan los monopolios estatales, no se promueve la competencia empresarial y se mantiene la protección de las empresas improductivas.
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