Nueve de cada diez empleados usa con frecuencia dispositivos personales –ordenadores portátiles, teléfonos móviles o tabletas– para trabajar, según un estudio encargado por Dell KACE, una de las firmas punteras en la gestión informática de empresa.
Sin embargo, más del 60% de los responsables de tecnología de las compañías encuestadas para esta investigación, elaborada por la consultora Dimensional Research, se quejan porque carecen de los instrumentos necesarios para administrar como es debido los aparatos externos que utiliza su plantilla.
Este informe, desarrollado a partir del análisis de 750 casos prácticos en todo el mundo, revela las dificultades que atraviesan las corporaciones para proteger de un modo eficaz sus datos y evitar los conflictos de propiedad intelectual e industrial. Las organizaciones, especialmente las de pequeño y mediano tamaño, interpretan la movilidad como un valor muy positivo. Pero, además de ventajas, esta tendencia acarrea inconvenientes en el ámbito de la seguridad.
Los expertos de Dimensional Research recomiendan que la actual transformación de productos de consumo como smartphones o tabletas en herramientas empresariales vaya asociada a una política de regulación en clave interna. Les da la razón el 88% de los profesionales sondeados.
Hoy por hoy, seis de cada diez compañías se ven obligadas a funcionar con distintos sistemas operativos por culpa de esta dispersión. El mismo motivo explica que el 65% de los gestores tecnológicos no esté al corriente del conjunto de dispositivos individuales que se conectan a su red.
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