Hubo un tiempo en que conseguir una entrada para SIMO era un privilegio. Teóricamente siempre fue para profesionales. De hecho, inicialmente era una muestra de material de oficina, como tal se entendían los ordenadores, impresoras y demás servicios de telecomunicación. En los 90, con la irrupción del PC, fue el lugar favorito para ver las últimas novedades en tecnología de consumo. Cuando las tiendas se llaman de tabletas, en IFEMA no había ni rastro.
Las novedades ya solo se presentan durante CES en Las Vegas, en enero, e IFA, que se hace a finales de agosto en Berlín. El último gran lanzamiento reservado para SIMO, fue en 2009, donde se estrenó Windows 7. Era el último intento de relanzar la cita, tras cancelación de 2008. En 2010, la sensación era muy similar.
De ocupar casi todo el recinto a conformarse con un pabellón, el número 7. El ruido, los visitantes y la presencia de marcas en SIMO es sensiblemente inferior a Gamefest, un encuentro de videojuegos celebrado la semana pasada. María Valcarce, directora de SIMO, considera que lo importante es el contenido no la extensión. "Queremos estar en vanguardia, tanto en la transformación industrial como en los debates de futuro". También justifica la escasez de stands: "Muchas empresas prefieren participar en charlas a tener un espacio físico". Uno de los focos de atención de este año es la sanidad a distancia.
Tanto Intel como la Escuela de Organización Industrial han creado zonas para debatir de las redes del futuro, la creación de contenidos, las posibilidades de los emprendedores... El problema es que, en el caso de Intel el público era bastante pasivo, y, en el segundo, bastante escaso.
Valcarce cree que es normal que no haya más visitantes. "El perfil son profesionales del sector que se dedican a la distribución y clientes finales, es decir, pequeñas y medianas empresas". A pesar de esto HP, empresa en la encrucijada, con el consejero delegado defenestrado, y sin rumbo claro, es la más presente. En su exposición, además de impresoras en tres dimensiones y portátiles de diferentes potencias y diseños, presumen de su ordenador más potente. El Z800 es una estación de trabajo, cuyo precio comienza en 2.200 euros, que se usa especialmente en los estudios de animación de Dreamworks. Para no quedarse en las palabras, incluyen una demostración de captura de movimiento en el mundo real. Casi al tiempo que se mueve una persona un dibujo animado registra sus movimientos.
En la zona vivero, para empresas de reciente creación, Air Ticket, una aplicación, se ha llevado el premio a la mejor innovación por su plataforma de venta de billetes sin necesidad de imprimirlos. Todo el proceso, desde la compra hasta el embarque se hace con el teléfono.
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