De los galardonados de este año con los Premios Príncipe de Asturias, el neurobiólogo estadounidense Joseph Altman fue el primero en llegar a Oviedo. Su teoría, que demostró que las nuevas neuronas desempeñan un papel crucial en los procesos de la memoria y el aprendizaje, tardó años en ser aceptada por la comunidad científica.
El reconocimiento de sus investigaciones llegó tarde. ¿Se sintió relegado?
Al contrario, es una sensación de recompensa. No hay nada que dé más satisfacción a un científico que ver citado su trabajo y que se deje de citar cuando se ha convertido en algo de dominio público, que es lo que ha sucedido ahora.
Siempre se ha dicho que el cerebro es el gran desconocido. ¿Sigue siéndolo?
Hemos avanzado mucho en los últimos 50 años. Hace 300 o 400 era una teoría algo loca que el cerebro tuviera algo que ver con la mente. Ahora lo comprendemos bastante más, pero puede que tardemos otros cien o mil años, o quizá no lleguemos nunca a comprenderlo.
¿Cuál considera que es el descubrimiento científico más importante en torno al cerebro?
Posiblemente no exista un solo descubrimiento. Habrá cinco que se sabe que serán enormes y otros cinco a los que nadie preste atención y que puede que sean importantes. Se están llevando a cabo muchos y buenos trabajos, y yo desconozco gran parte de ellos.
Hay un cierto debate sobre las actividades que activan la neurogénesis. ¿Usted considera que el aprendizaje de idiomas u otro tipo de ejercicios mentales ayudan a la regeneración neuronal?
No lo sé. Hay algunas afirmaciones que se mantendrán en el futuro, pero otras van a desaparecer.
¿Estamos cerca de prevenir o curar enfermedades degenerativas como el alzhéimer o el párkinson?
Hay que seguir trabajando. Lo que nosotros hemos establecido es que el cerebro es mucho más dinámico y tiene mayor capacidad de regeneración de lo que se creía. Ahora bien, saber cómo se va a trasladar esto a aplicaciones prácticas es un interrogante abierto.
¿Son las drogas y el alcohol los grandes enemigos del cerebro?
Probablemente, no. No es cierto que a mayor tasa de alcoholismo o de consumo de drogas haya más trastornos psiquiátricos.
El reconocimiento de sus investigaciones llegó tarde. ¿Se sintió relegado?
Al contrario, es una sensación de recompensa. No hay nada que dé más satisfacción a un científico que ver citado su trabajo y que se deje de citar cuando se ha convertido en algo de dominio público, que es lo que ha sucedido ahora.
Siempre se ha dicho que el cerebro es el gran desconocido. ¿Sigue siéndolo?
Hemos avanzado mucho en los últimos 50 años. Hace 300 o 400 era una teoría algo loca que el cerebro tuviera algo que ver con la mente. Ahora lo comprendemos bastante más, pero puede que tardemos otros cien o mil años, o quizá no lleguemos nunca a comprenderlo.
¿Cuál considera que es el descubrimiento científico más importante en torno al cerebro?
Posiblemente no exista un solo descubrimiento. Habrá cinco que se sabe que serán enormes y otros cinco a los que nadie preste atención y que puede que sean importantes. Se están llevando a cabo muchos y buenos trabajos, y yo desconozco gran parte de ellos.
Hay un cierto debate sobre las actividades que activan la neurogénesis. ¿Usted considera que el aprendizaje de idiomas u otro tipo de ejercicios mentales ayudan a la regeneración neuronal?
No lo sé. Hay algunas afirmaciones que se mantendrán en el futuro, pero otras van a desaparecer.
¿Estamos cerca de prevenir o curar enfermedades degenerativas como el alzhéimer o el párkinson?
Hay que seguir trabajando. Lo que nosotros hemos establecido es que el cerebro es mucho más dinámico y tiene mayor capacidad de regeneración de lo que se creía. Ahora bien, saber cómo se va a trasladar esto a aplicaciones prácticas es un interrogante abierto.
¿Son las drogas y el alcohol los grandes enemigos del cerebro?
Probablemente, no. No es cierto que a mayor tasa de alcoholismo o de consumo de drogas haya más trastornos psiquiátricos.
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