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2011/09/12

Retratos en 140 caracteres

Colgar de la pared del salón un retrato de uno mismo se antoja un importante ejercicio de narcisismo. Que el cuadro sea la habitual reinterpretación de los coloridos retratos de Mao Tse Tung o Marilyn Monroe que Warhol acometiera décadas atrás añade los pecados de vanidad y exhibicionismo los de pretenciosidad y lugar común. En tiempos recientes, estos casos de exhibición impúdica del yo han abandonado el salón para trasladarse al universo online, donde las redes sociales satisfacen sobradamente la necesidad de mostrar la grandiosidad de nuestra cotidianeidad. Esta realidad podría llevarnos a concluir que, en cuestión de exhibicionismo, ya vamos servidos. Pues no. Jeroen Van der Most, un holandés, creador y empresario online, ha fundado Kunst Buzz, una aventura empresarial de tintes artísticos que parece haber dado con la fórmula para traducir nuestra actividad en las redes sociales en un retrato que podemos colgar de nuestro salón. Las visitas no solo podrán admirar nuestro busto, sino que también podrán leer nuestro pensamiento encapsulado en piezas de 140 caracteres. "El cliente entra en nuestro site desde su cuenta de Twitter o Facebook. Con un software especial recopilamos todos sus mensajes. Luego, convertimos la imagen de su perfil en la red social en una de tintes artísticos. Finalmente, el ordenador recrea esa imagen utilizando los tuits o los mensajes del muro de Facebook del cliente. Nos gusta la idea de sacar la vida en la Red de las personas y traerla a otros ámbitos alejados de lo digital", explica Van der Most al respecto de unos retratos que se imprimen sobre papel o lienzo y pueden medir entre 40 y 120 centímetros de alto.

La idea para Kunst Buzz surgió mientras Jeroen trabajaba en otra compañía de su propiedad que monitoriza mensajes aparecidos en redes sociales. Sus clientes son firmas que desean saber qué se dice sobre ellas en la Red. El holandés llevaba tiempo recopilando tuits en su disco duroconvencido de que estos mensajes de un máximo de 140 caracteres significan una bastante afinada representación de los pensamientos y sentimientos de quienes los envían. Mezclando texto e imagen, la representación debía resultar infalible, pensó. "A los clientes les interesa el aspecto futurista del retrato final y les encanta poder volver a leer en sus propios tuits", apunta el holandés, quien además de crear retratos de anónimos por encargo, ha levantado imágenes de Charlie Sheen a partir de su siempre entretenida trayectoria en la Red e incluso utilizó el cuadro La noche estrellada, de Van Gogh, para recrear la catedral de Christchurch, destruida durante el terremoto que asoló Nueva Zelanda el pasado mes de febrero, a través de tuits que aparecieron en la red. "El concepto giraba entorno al papel que ha jugado Twitter en eventos de la magnitud de aquél terremoto. Nuestra idea es crear más proyectos como éste. Así, regularmente recopilamos tuits sobre conceptos, como el odio o el amor, que en un futuro serán convertidos en imágenes que remitan a esos sentimientos".

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