La devaluación del bolívar fuerte siguió dando de qué hablar este martes en Venezuela, cuando el país todavía se ajustaba a un cambio que lo afectará directamente en más de un nivel, según coinciden observadores.
Mientras todavía había en Venezuela quién se preguntaba si le tocarán dólares a la tasa de 2,60, a la de 4,30 o aún tendrá que recurrir al llamado "mercado permuta", continuaba el debate sobre lo que motivó al gobierno a revisar su política cambiaria, después de cinco años.
Notablemente, las líneas aéreas decidieron suspender la emisión de boletos hasta tanto no se aclare si recibirán reembolso al cambio anterior de 2,15 bolívares por dólar sobre los boletos vendidos antes de la devaluación o tendrán que cobrarle a los usuarios el doble de lo que ya pagaron. Entretanto, el ministro de Energía, Rafael Ramírez, prometió publicar una lista rubro por rubro para cada una de las tasas, de modo que no haya cabida a más dudas.
Las compras nerviosas continuaron en establecimientos de electrodomésticos, al mismo tiempo que las inspecciones y cierres de comercios por parte del gobierno por "remarcaje" de productos.
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La oposición, reunida en la llamada Mesa de la Unidad, fustigó la devaluación del bolívar y convocó a una protesta el próximo 23 de enero, en tanto que la Asamblea Nacional, de mayoría oficialista, debatió una moción de respaldo para el presidente Hugo Chávez.
Especialistas y comentaristas continuaron sacando cuentas en medios nacionales e internacionales. Cuentas en las que el factor "política" pareciera tener un peso fundamental: en septiembre se llevarán a cabo unas elecciones parlamentarias en las que tanto el gobierno como la oposición consideran que se juegan el todo por el todo.
Elecciones y gasto
Un informe de Alejandro Grisanti, de la firma Barclays Capital, estimó que el Ejecutivo dispondrá de unos 95.800 millones de bolívares extra. El total del presupuesto nacional para 2010, elaborado antes de la devaluación, es de 159.410 millones de bolívares. Y de acuerdo con el ministro de Finanzas, Alí Rodríguez, ese presupuesto no será recalculado: los recursos extraordinarios se manejarán a través de fondos especiales.
Según lo declarado por Rodríguez Araque y el propio presidente Hugo Chávez, ese excedente será utilizado para fomentar las exportaciones y "no tendrá como fin financiar el déficit fiscal", señala un boletín de la Agencia Bolivariana de Noticias.
Diferentes portavoces de gobierno han dicho en varias oportunidades que el ajuste cambiario tendrá un efecto decisivo sobre la economía, que se encamina, según ellos, hacia una sustitución del modelo rentista por uno de producción nacional.
Pero para los críticos, esos recursos serían utilizados para distribuirlos a discreción y ganar votos. "Si el gobierno hubiera querido estimular las exportaciones lo hubiera hecho hace varios años. Yo creo que el objetivo básico del gobierno es el control del poder", le dijo a BBC Mundo el economista Ronald Balza.
Técnica "efectiva"
Que el gasto público se incremente en tiempos de elecciones no es una novedad ni posiblemente sea un fenómeno exclusivo de Venezuela. Pero aquí parece haber probado su efectividad: un estudio de la compañía venezolana de análisis Ecoanalítica concluyó, en septiembre del año pasado, que hay una relación estadísticamente significativa entre políticas expansivas y los niveles de popularidad del presidente Hugo Chávez.
Por ejemplo, dice Ecoanalítica, de julio de 2001 a julio de 2003 el gasto cayó 32% y la popularidad se deterioró hasta llegar a 30,8%. De julio de 2003 a diciembre de 2006 el gasto se triplicó y la popularidad subió al 70%.
Sin embargo, es la primera vez en más de cuatro años que la expansión del gasto será posible gracias a una devaluación. Y según ha admitido el propio titular de Finanzas, la medida tendrá un impacto innegable sobre la inflación, es decir, devendrá en un aumento de precios, en una reducción del poder de compra del venezolano, si bien el gobierno es mucho más conservador en su estimación que los portavoces de oposición.
"La inflación es la cortapisa, que tendrá un efecto de contrapeso. Ahí habrá que ver qué efecto tiene sobre la popularidad presidencial", le dijo a BBC Mundo el especialista del diario El Universal, Víctor Salmerón.
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