Alan Ellis, el primer británico procesado por el intercambio de archivos musicales a través de Internet, fue absuelto la pasada semana del cargo de conspiración para el fraude por un tribunal de Teesside, localidad del norte de Inglaterra.
Ellis, de 26 años, es el fundador de Oink, una web utilizada por más de 200.000 personas y que el procesado dirigió desde su apartamento entre 2004 y octubre de 2007, fecha en la que la Policía cerró la página tras un registro del domicilio.
Un total de 21 millones de archivos musicales fueron descargados durante el tiempo de funcionamiento de Oink, que permitía a sus miembros encontrar a otra gente en la Red dispuesta a compartir sus archivos musicales, lo que los convertía en un producto gratuito.
Ellis les pedía una donación por el uso de la página, que no entraba en efecto si el usuario invitaba a amigos a unirse a la red.
La policía descubrió que Ellis había ingresado por este procedimiento unos 209.000 euros en una cuenta de Paypal y que había recibido otros 12.500 euros mensuales en donaciones de gente que utilizaba su web.
Las razones
En su defensa, Ellis manifestó ante el tribunal que no era su intención defraudar a los propietarios de los derechos de autor de la música descargada y que el dinero recaudado lo quería utilizar eventualmente para comprar un servidor propio.
El procesado dijo que puso en marcha Oink para mejorar su formación "pensando en encontrar un empleo" y recordó que la página no permitía descargarse directamente la música, sino que ponía en contacto a los usuarios para que intercambiaran los archivos.
Inicialmente, mantenía la web desde su ordenador personal, pero en 2007 la trasladó a un servidor comercial con sede en Amsterdam (Países Bajos) por el gran volumen de tráfico que atrajo.
Siguen las descargas
La absolución de Ellis llega un mes después de que BPI, el organismo que representa a las discográficas británicas, reconociera en un informe que las descargas no autorizadas de música a través de Internet se han mantenido sin cambios en el Reino Unido pese a las amenazas de sanciones por parte del Gobierno británico.
Según el estudio de BPI, dado a conocer en medio de la creciente presión de la industria para que el Parlamento británico apruebe una ley que castigue con dureza la llamada 'piratería' en la Red, el 23% de los consumidores británicos admitió utilizar redes P2P para descargarse archivos, el mismo porcentaje que hace 10 meses.
El pasado mes de octubre, el ministro británico de Empresa, Peter Mandelson, advirtió de que los usuarios británicos de Internet que reincidan en las descargas ilegales serán desconectados de la red, introduciendo una medida similar a la ya vigente en Francia.
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