Denominado TALOS, siglas en inglés de Traje Ligero para Operador Táctico de Asalto, los soldados estadounidenses en un futuro no demasiado lejano podrían valerse de un vestuario que nos recordaría a la armadura fruto del ingenio de Tony Stark que les dotaría de capacidades como visión nocturna, protección contra disparos o fuerza sobrehumana.
El mero hecho de ver cómo se dirige hacia ti uno de estos soldados protegido por su armadura estilo Iron Man, inmune a una lluvia de balas mientras es capaz de arrojarte encima un coche ya bastaría para pensárselo dos veces.
El ejército de Estados Unidos de América habría formado una comisión para fomentar el desarrollo de una armadura que cumpla una serie de requisitos que a priori podrían parecernos más propios de una peli que adapte las aventuras de un superhéroe de cómic pero que en realidad no resultan imposibles para la tecnología actual.
Uno de los puntos fuertes (nunca mejor dicho) está siendo desarrollada en el prestigioso Instituto Tecnológico de Massachussets y tiene como objeto una armadura compuesta por un material balístico capaz de ofrecer protección al mismo tiempo que flexibilidad, se trataría de una especie de líquido inteligente capaz de transformarse en sólido en milisegundos mediante la aplicación de un campo magnético o una corriente eléctrica. Se trataría del chaleco antibalas más eficaz y cómodo imaginado.
Además esta armadura, como sucede en la ficción con la de Iron Man, es capaz de monitorizar en todo momento las constantes vitales de su ocupante tales como temperatura basal o de la piel, pulso, niveles de hidratación… siendo capaz de proporcionar soporte básico para la vida mediante suministro de ventilación, calefacción y oxígeno.
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