Steve Jobs era una de las personas más influyentes del mundo. Sus creaciones transformaron industrias enteras y sus productos le convirtieron en un icono que trasciende lo puramente tecnológico. Steve Jobs marcó la última década con iTunes, el iPod, el iPhone, el iPad y el Mac. Este miércoles murió a los 56 años, apenas un mes después de anunciar que su etapa al frente de Apple había terminado. Detrás quedaban 35 años de éxitos.
La «obra maestra» de Jobs no fue ni el iPod ni el iPhone, sino la salvación de Apple, compañía que fundó en 1976 junto a Steve Wozniak y de la que fue apartado en 1984. Durante más de una década, la empresa perdió el norte y estuvo a punto de desaparecer. La vuelta de su carismático líder en 1997 fue la medicina que necistaba.
En catorce años el valor de la compañía se multiplicó por 34 hasta llegar a ser la de mayor capitalización bursátil del mundo por encima de la petrolera Exxon. Una transformación tan radical no solo se debió a unos pocos productos sino a toda una filosofía.
La simplicidad, un diseño minimalista y la usabilidad se convirtieron en el mantra para desarrollar cualquier gadget. El eslogan de «Think different» (Piensa diferente) no era el resultado de una simple campaña de marketing, sino el inicio de una nueva forma de ver la tecnología.
Steve Jobs rediseñó las formas de trabajar en Apple. Su visión dictaba el desarrollo de cada nuevo producto, por muy arriesgado o rompedor que fuera. Así nacieron la tienda de música iTunes, el revolucionario iPod, lo nunca visto hasta entonces en telefonía con el iPhone, y la creación de algo completamente nuevo con el iPad.
El toque personal de Jobs venía en las presentaciones de cada dispositivo. Su carisma hicieron que el seguimiento mediático de sus eventos captaran una audiencia mundial. El secretismo añadía un elemento más para que los clientes de Apple sintieran ese algo más que la compañía siempre ha prometido.
Dependencia de Steve Jobs
Hoy día, Apple es sinónimo de Steve Jobs, y viceversa. Una dependencia peligrosa para el futuro de la compañía. Muchos clientes, periodistas y analistas no se imaginan a una Apple próspera e igual de inventiva sin Jobs al frente. De allí que a cada rumor que salía sobre su salud física la bolsa respondía con bajada en las acciones de la compañía.
Los problemas de salud de Jobs eran un constante objeto de rumores y especulaciones. El consejero delegado de Apple sufrió en 2004 un cáncer de páncreas y en 2009 un trasplante de hígado. Su aspecto físico estaba lejos de la que tenía en el año 2000.
El 17 de enero de 2011, anunció una nueva baja por enfermedad sin especificar la causa concreta. Tim Cook, su mano derecha tomó el mando de forma provisional y hoy se ha convertido en su sucesor. La sobra de Steve Jobs es muy larga y el listón que deja en Apple muy difícil de superar.
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