Steve Jobs falleció el pasado 5 de octubre, a los 56 años, tras luchar contra un cáncer de páncreas durante ocho años. Desde que se conoció su muerte se han celebrado emotivos homenajes en su nombre por todo el mundo participando desde líderes de Estado, rivales en los negocios y sobre todo sus fans. Este lunes, la biografía de Jobs escrita por Walter Isaacson tras las entrevistas con Jobs sale a la luz.
El libro sobre la vida de Jobs sale a la venta por un precio de 17,88 dólares (12,88 euros) y para la edición de Kindle por 20,80 dólares (14,98 euros) en Amazon.com. También está disponible en iTunes por 15,99 euros. Por el momento solo está disponible en inglés (y ha visto la luz en países como Japón). Este martes 25 de octubre estará disponible en italiano en Amazon y el próximo 28 de octubre saldrá a la venta en español y catalán.
Nunca antes se habían revelado grandes detalles sobre la vida o sobre los pensamientos del cofundador de Apple, hasta que Walter Isaacson fue elegido por Jobs para crear su biografía con intención de que sus hijos le conocieran mejor.
Tenía comportamientos mezquinos
Romántico, extremadamente sensible y obsesionado con la búsqueda de la belleza pero también consciente de su poder y rudo en la exigencia, Steve Jobs creyó desde muy niño que era "especial", que el destino le había elegido para hacer grandes cosas. Esa es la semblanza de Jobs que Walter Isaacson, biógrafo autorizado del cofundador de Apple, ha trazado en una entrevista en la que asegura que pese a la gravedad de su enfermedad, el tecnólogo dejó "ideas nuevas y brillantes para teléfonos y otros productos" que verán la luz en el futuro.En Steve Jobs (ed. Debate), fruto de más de cuarenta entrevistas, Isaacson presenta a un "genio" con sombras tan apasionado y obsesionado por su trabajo que llegaba a comportarse de forma "miserable" con sus más allegados. "Su mayor defecto era que en ocasiones se dejaba llevar tanto por la pasión que podía llegar a ser mezquino con las personas. (...) No solía pedir perdón, pero aun así la gente le era muy fiel porque valoraba su pasión y su talento", indica Isaacson.
Aunque no hacía autocrítica, el cofundador de Apple era "muy consciente" del impacto de su comportamiento y se mostró arrepentido de "muchas cosas".
"Le pesaba la forma en la que afrontó el nacimiento de su primera hija, el no haberse hecho cargo de ella desde un primer momento. Y de pequeñas cosas, como de la manera en la que trató a sus padres cuando fue a la universidad. Creo, también, que se arrepintió de no haberse operado del cáncer nada más le fue diagnosticado", sostiene Isaacson.
El hecho de ser un niño adoptado fue determinante en la personalidad de Jobs. "Me contó -dice su biógrafo- que le hacía sentir independiente y ajeno al mundo en el que vivía. También le hacía sentir especial. Algunos de sus amigos piensan que le generaba un sentimiento de abandono y le hacía estar ansioso por demostrar su valía".
Carecía de aficiones mundanas, de hecho, sólo le interesaban dos cosas en la vida: "su familia -estaba locamente enamorado de su mujer y tenía una relación 'fortísima' con sus hijos- y su trabajo en Apple". Precisamente su labor al frente de la compañía de la manzana le produjo grandes sinsabores. Según Isaacson, sintió como la mayor traición de su vida el que Microsoft creara "un ordenador con interfaz gráfica que se parecía al Macintosh".
Y en los ochenta estuvo "obsesionado" con la empresa de Bill Gates porque pensaba que le había robado sus ideas, al igual que le pasó en los últimos años con Google por considerar que se había apropiado de algunos conceptos del iPhone y de su sistema operativo móvil. Sin embargo, el biógrafo matiza que Jobs no era un hombre vengativo y que incluso, con el paso de los años, forjó una amistad con Gates.
Una biografía dedicada a sus hijos
A pesar de que reflexionaba sobre Dios y sobre el misterio de qué hay después de la vida -"disfrutaba de la búsqueda espiritual"-, no tenía miedo a la muerte, aunque pensó hasta un estado muy avanzado de la enfermedad que sería capaz de sobreponerse y de retomar el timón de Apple. Sin embargo, aseguraba que su mayor orgullo era el haber creado una compañía que "perduraría sin él" gracias a su equipo, con Tim Cook y Jony Ive al frente.A Jobs le encantaban todos los productos que se crearon mientras fue consejero delegado de la compañía de la manzana, aunque, según su biógrafo, consideró Apple TV un "fracaso" y antes de morir desarrolló ideas "fantásticas" para hacer de la televisión un dispositivo conectado a la red y a múltiples dispositivos.
Entre algunos de los temas que más han destacado en los avances de la biografía, ha sido la idea que Jobs dio a entender en esta obra de que Android es un producto que su viejo amigo Eric Schmidt le robó. En ese sentido, la polémica puede estar servida en ciertos aspectos sobre la vida de Jobs hasta ahora desconocidos.
Jobs "despotrica" sobre lo que él considera un "robo" después de que Google lanzara junto con la compañía taiwanesa HTC los smartphones con Android en 2010. "Voy a gastar mi último suspiro si es necesario y voy a gastar cada centavo de los 40.000 millones de dólares que Apple tiene en el banco para corregir este mal. Voy a destruir a Android porque es un producto robado. Estoy dispuesto hasta a hacer estallar la guerra termonuclear por esto", asegura Jobs en el libro.
A pesar de ser muy celoso de su intimidad, Jobs quiso tener una biografía oficial para que sus hijos comprendieran por qué no siempre había estado junto a ellos, para ser él mismo quien contara su historia y para dejar constancia de su legado en un libro.
En los encuentros que mantuvo con Isaacson, el tecnólogo fue "absolutamente sincero", jamás censuró una pregunta y fue "más cordial que arrogante". Al final, y pese a tanta intimidad compartida, la reflexión de Isaacson no difiere demasiado de la de los admiradores de Jobs: "Su mayor virtud fue intentar conectar el arte y la tecnología y tener la cualidad de hacer bellas las cosas que usamos".
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