Quienes pasean por los parques de Sídney por estos días suelen ser sorprendidos por extraños graznidos que desde los árboles les dicen "¡Hola cariño!" y "¿Cómo estás?".
Las aves silvestres, como las cacatúas, están repitiendo frases transmitidas por sus hermanas domésticas que escaparon o fueron liberadas, dice el naturalista Martyn Robinson, del Museo Australiano de Sídney.El museo ha recibido numerosos informes sobre aves salvajes parlanchinas por parte de transeúntes anonadados.
Las aves son criaturas sociales. Los pichones aprenden a comunicarse imitando los sonidos hechos por sus padres y los que tienen mayor jerarquía en el grupo.
A diferencia de los seres humanos, las aves no tienen cuerdas vocales. Se piensa que usan los músculos y las membranas de la garganta -específicamente la siringe– para dirigir el flujo de aire y así producir tonos y sonidos.
No todas las aves pueden aprender a hacer sonidos completamente nuevos. Hasta la fecha, se ha encontrado que sólo tres grupos de aves lejanamente relacionadas tienen esta capacidad: los pájaros cantores, los loros -como las cacatúas y los periquitos- y los colibríes.
Cuna, fútbol y teléfonos
"Estas aves son muy inteligentes y muy sociales, y la comunicación y el contacto son importantes entre ellas", le dijo Robinson al The Daily Telegraph de Australia.
"Así que el ave que ha sido mascota empieza a decir cosas que sus dueños le enseñaron y el resto de la bandada entera comienza a hablar también, para imitarla".
A pesar de que los loros pueden hacer ruidos que suenan como palabras, sólo están imitando los sonidos que encuentran atractivos, dice Les Runce, de la Sociedad de Loros de Reino Unido.
"Puede ser una canción de cuna, un canto de fútbol, el sonido del microondas o el tono del teléfono", explica.
Las aves jóvenes, como los bebés humanos, aprender a hablar o cantar a través de la imitación, dice el biólogo del comportamiento Johan Bolhuis, de la Universidad de Utrecht, en Holanda.
En una investigación publicada en agosto en la revista Neuroscience Research, él describe "un período transitorio de vocalización temprana, lo que llamamos balbuceo en el caso de los seres humanos".
Y, como le dice Bolhuis a la BBC, los loros y otras especies de aves cantoras pueden aprender durante toda su vida, como el ejemplo australiano.
"He estudiado periquitos -loros pequeños- que pueden enseñarles a los demás a decir palabras en japonés".
"En ésta y otras investigaciones vimos que los cerebros de estas aves se organizan de una manera similar al cerebro humano en relación al aprendizaje vocal. Además, los mismos genes están involucrados en el canto y el habla".
Añade que el canto de los pájaros tiene una "gramática primitiva" que es muy diferente de la gramática compleja del lenguaje humano.
"La investigación de aves nos pueden enseñar mucho sobre el desarrollo del habla humana y los problemas que pueden ocurrir, por ejemplo la tartamudez. Por lo tanto, los loros y las aves cantoras pueden darnos claves importantes sobre cómo los seres humanos podemos aprender a hablar e incorporar los idiomas".
Los amos generalmente les enseñan a hablar a los loros repitiendo la frase elegida una y otra vez. Pero el pájaro puede aprenderla tras haberla oído sólo una vez.
"Los loros tienen buena memoria y sólo precisan escuchar un sonido una vez para reproducirlo", dice Runce.
"La hija de un amigo tenía una uña encarnada, la golpeó y dejó escapar un grito poderoso. Su pájaro todavía lo repite y eso fue hace 30 años".
"Así que el ave que ha sido mascota empieza a decir cosas que sus dueños le enseñaron y el resto de la bandada entera comienza a hablar también, para imitarla".
A pesar de que los loros pueden hacer ruidos que suenan como palabras, sólo están imitando los sonidos que encuentran atractivos, dice Les Runce, de la Sociedad de Loros de Reino Unido.
"Puede ser una canción de cuna, un canto de fútbol, el sonido del microondas o el tono del teléfono", explica.
Las aves jóvenes, como los bebés humanos, aprender a hablar o cantar a través de la imitación, dice el biólogo del comportamiento Johan Bolhuis, de la Universidad de Utrecht, en Holanda.
En una investigación publicada en agosto en la revista Neuroscience Research, él describe "un período transitorio de vocalización temprana, lo que llamamos balbuceo en el caso de los seres humanos".
Y, como le dice Bolhuis a la BBC, los loros y otras especies de aves cantoras pueden aprender durante toda su vida, como el ejemplo australiano.
"He estudiado periquitos -loros pequeños- que pueden enseñarles a los demás a decir palabras en japonés".
"En ésta y otras investigaciones vimos que los cerebros de estas aves se organizan de una manera similar al cerebro humano en relación al aprendizaje vocal. Además, los mismos genes están involucrados en el canto y el habla".
Añade que el canto de los pájaros tiene una "gramática primitiva" que es muy diferente de la gramática compleja del lenguaje humano.
"La investigación de aves nos pueden enseñar mucho sobre el desarrollo del habla humana y los problemas que pueden ocurrir, por ejemplo la tartamudez. Por lo tanto, los loros y las aves cantoras pueden darnos claves importantes sobre cómo los seres humanos podemos aprender a hablar e incorporar los idiomas".
Los amos generalmente les enseñan a hablar a los loros repitiendo la frase elegida una y otra vez. Pero el pájaro puede aprenderla tras haberla oído sólo una vez.
"Los loros tienen buena memoria y sólo precisan escuchar un sonido una vez para reproducirlo", dice Runce.
"La hija de un amigo tenía una uña encarnada, la golpeó y dejó escapar un grito poderoso. Su pájaro todavía lo repite y eso fue hace 30 años".
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