Algunos loros salvajes, especialmente las cacatúas, parecen estar aprendiendo el arte de las palabras gracias a sus compañeros domesticados y puestos en libertad. Al menos, es una de las conclusiones que se desprende de una investigación llevada a cabo por el departamento Busca y descubre del Museo Australiano, Naturaleza Cultura y Descubrimiento.
El departamento, que ofrece un servicio gratuito para identificar especies, ha recibido numerosos comunicados de ciudadanos que aseguran haber escuchado pájaros "hablando" en la naturaleza. Según explica en el Australian Geographic Martyn Robinson, uno de los naturalista responsable del departamento, cuando una cacatúa doméstica se escapa o es puesta en libertad, "si logra sobrevivir el tiempo suficiente para unirse a una bandada de pájaros silvestre, las otras aves pueden aprender las palabras que éste ejecuta". Igual que cuando aprenden directamente de los humanos, "los pájaros se imitan unos a otros", afirma Jaynia Sladek, ornitóloga del Museo. "No hay diferencia entonces cuando uno entra en contacto con otros miembros de una bandada y les 'habla'".
"Este lenguaje adquirido podría pasar de generación en generación", aseguran desde el museo. "Si los padres 'hablan' y tienen polluelos, sus crías tenderán a aprender estas palabras". Este fenómeno no es único: algunos pájaros en el sur de Australia aún lanzan los sonidos de los disparadores y obturadores de las cámaras analógicas que fotografiaron a sus antepasados y estos aprendieron a reproducir.
Los expertos de este museo aseguran que en las zonas rurales los loros probablemente irán perdiendo su dominio de las palabras, aunque éstas acabarán integrándose en su repertorio vocal. Sin embargo, en las grandes ciudades de Australia como Sydney, Melbourne y Brisbane, las cacatúas mantendrán y mejorarán su vocabulario, gracias al contacto regular con los humanos.
El departamento, que ofrece un servicio gratuito para identificar especies, ha recibido numerosos comunicados de ciudadanos que aseguran haber escuchado pájaros "hablando" en la naturaleza. Según explica en el Australian Geographic Martyn Robinson, uno de los naturalista responsable del departamento, cuando una cacatúa doméstica se escapa o es puesta en libertad, "si logra sobrevivir el tiempo suficiente para unirse a una bandada de pájaros silvestre, las otras aves pueden aprender las palabras que éste ejecuta". Igual que cuando aprenden directamente de los humanos, "los pájaros se imitan unos a otros", afirma Jaynia Sladek, ornitóloga del Museo. "No hay diferencia entonces cuando uno entra en contacto con otros miembros de una bandada y les 'habla'".
"Este lenguaje adquirido podría pasar de generación en generación", aseguran desde el museo. "Si los padres 'hablan' y tienen polluelos, sus crías tenderán a aprender estas palabras". Este fenómeno no es único: algunos pájaros en el sur de Australia aún lanzan los sonidos de los disparadores y obturadores de las cámaras analógicas que fotografiaron a sus antepasados y estos aprendieron a reproducir.
Los expertos de este museo aseguran que en las zonas rurales los loros probablemente irán perdiendo su dominio de las palabras, aunque éstas acabarán integrándose en su repertorio vocal. Sin embargo, en las grandes ciudades de Australia como Sydney, Melbourne y Brisbane, las cacatúas mantendrán y mejorarán su vocabulario, gracias al contacto regular con los humanos.
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