El Documento de consenso sobre el abordaje común del paciente dislipémico, presentado ayer por la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen) y la Sociedad Española de Aterosclerosis (SEA), pretende acabar, a través de la formación, con este problema y mejorar también los niveles de colesterol de la población general.
Según los datos del informe, obtenidos de distintos estudios epidemiológicos, entre el 50% y el 69% de los españoles en edad adulta tienen más de 200 miligramos por decilitro (mg/dl) de sangre. Eso sí, las cifras aisladas "sólo son un factor de riesgo cardiovascular", según explica uno de los coordinadores de la guía, el médico de atención primaria Ángel Díaz Rodríguez. "Cuando llega alguien a la consulta con colesterol alto, su riesgo de morir en diez años por patología cardiovascular se estima utilizando la escala SCORE; si este [riesgo] es mayor del 5%, se le prescribe un cambio de hábitos (dieta, ejercicio y abandono del tabaco) y, a los tres meses, se vuelve a medir. Si el colesterol LDL [el malo] ha bajado a menos de 130 mg/dl, se seguirá sin medicar y se volverá a medir a los seis meses. Si no, se prescribirá la medicación".
A los autores no les preocupa que la medicación tenga que ser de por vida y subrayan que los médicos controlan los efectos secundarios más frecuentes daño hepático y alteraciones musculares de las estatinas, "unos fármacos muy seguros".
Las previsiones hacen pensar que el consumo de estos medicamentos seguirá creciendo, ya que un 20% de los niños españoles ya tiene el colesterol por encima de los 200 mg/dl debido al estilo de vida sedentario.
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