La producción perdida en las dos semanas transcurridas desde que un terremoto y un tsunami golpearon el noreste de Japón supera el tercio del millón de vehículos, y podrían pasar meses, y no semanas, antes de que las compañías automovilísticas del país puedan volver a ponerse en marcha.
Los coches de hoy en día tienen hasta 30.000 partes, y entre un 70% y un 80% de ellas las proporcionan cientos de fabricantes de piezas. Un solo tornillo perdido puede paralizar las líneas de ensamblaje y desatar una reacción en cadena en el proceso de fabricación.
Con cerca de 500 fabricantes de piezas afectados por el terremoto y el tsunami, la industria de la automoción japonesa es especialmente vulnerable a los problemas en la cadena de suministros."Estamos en una etapa en la que sólo podemos esperar una mejora gradual", dijo el analista de autos Kurt Sanger, de Deutsche Securities.
Antes del desastre, la industria automovilística japonesa, de 700.000 millones de dólares (unos 495.000 millones de euros), estaba empezando a recuperarse de brutal crisis financiera que desplomó las ventas de coches en el mundo. Los fabricantes recortaban costes y aumentaban la producción en el exterior para paliar un yen más fuerte.
El terremoto del 11 de marzo causó daños en una fábrica de Renesas Electronics, uno de los principales proveedores de unidades de microcontrol para automóviles.
Cerca de una quinta parte de la producción global de automóviles depende de los productos de su planta Naka, en la prefectura de Ibaraki, según estimaciones de Deutsche Securities.
En el peor de los escenarios, la producción global podría derrumbarse en un 30 por ciento en seis semanas por la escasez de piezas provocada por el terremoto, según advirtió la firma de investigación IHS Automotive.
Los fabricantes de automóviles en Japón aún están construyendo vehículos en el exterior con los inventarios de los que disponen, pero estos pronto se terminarán.
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