Isohunt es un buscador de archivos torrent, uno de los más populares programas de intercambio de ficheros en internet. Aunque no es el más popular en España, en EEUU sí lo es, al menos lo suficiente como para que las productoras de cine estadounidenses lo demandaran en 2006. El dueño de la página, Gary Fung, siempre ha argumentado que su buscador hace lo mismo que Google, es decir, indexar el contenido que hay en internet.
Pero un juez de California encontró que el sitio era responsable subsidiario de las violaciones de la propiedad intelectual que pudieran hacer terceras personas. Fung tuvo que instalar un filtro para bloquear archivos con copyright y, con esa arma, recurrió la decisión judicial en diciembre. Ahora se ha sabido que Google ha entrado en el caso.
Mediante un amicus curiae, figura del derecho anglosajón por la que un tercero aporta sus argumentos en un caso donde no es parte implicada, Google pide al juez que revisa el caso que rechace la posición de Isohunt. Para el buscador, cualquier parecido entre lo que hace esta página y lo que realiza su compañía es simple coincidencia. Como dice el documento, para Google "hay suficientes evidencias para sostener que los acusados son responsables, ya que de manera activa e intencionadamente promovieron el uso de sus servicios para cometer infracciones". Para Google, por lo tanto, la clave no es indexar un contenido conflictivo, sino inducir a vulnerar la propiedad intelectual.
Indexado automático
Pero al buscador no le gustan tampoco los argumentos que usó el juez en su primera sentencia. Uno de los razonamientos utilizados que más duele a Google es el expuesto por el juez de primera instancia para definir Isohunt.
"El tribunal describe cómo el sitio de los acusados presentaba la información sobre los archivos en categorías rastreables, aportaba información adicional sobre ellos, los colocaba en categorías basadas en términos de búsqueda comunes y usaba un programa de indexado que automáticamente relacionaba nombres de archivo con términos específicos". El juez estaba definiendo, en esencia, lo que es un buscador. "Eso es lo que hacen virtualmente todos los directorios online y los motores de búsqueda en internet", explica Google en su documento.
"Si Isohunt gana este pleito, le vendrá muy bien a Google, porque el buscador no deja de estar en su misma situación", explica el abogado Javier de la Cueva, conocedor del derecho internacional sobre propiedad intelectual. Para que el juez no los coloque a ese mismo nivel, Google trae a colación dos casos históricos que han marcado el desarrollo de la tecnología en Estados Unidos y, por ende, el resto del mundo.
En uno, Sony le ganó la partida a Hollywood, que le acusaba de alentar la piratería con su sistema de vídeo Betamax en los primeros años ochenta. En el otro, la industria musical consiguió cerrar el programa P2P Grokster hace diez años. Según los jueces, el vídeo de Sony estaba pensado para usos legítimos, aunque con él también se pudieran copiar películas, mientras que Grokster se diseñó para descargar música con copy-right. Para Google, la sentencia podría socavar esta doctrina sobre la responsabilidad, frenando el desarrollo tecnológico.
Publico
"El tribunal describe cómo el sitio de los acusados presentaba la información sobre los archivos en categorías rastreables, aportaba información adicional sobre ellos, los colocaba en categorías basadas en términos de búsqueda comunes y usaba un programa de indexado que automáticamente relacionaba nombres de archivo con términos específicos". El juez estaba definiendo, en esencia, lo que es un buscador. "Eso es lo que hacen virtualmente todos los directorios online y los motores de búsqueda en internet", explica Google en su documento.
"Si Isohunt gana este pleito, le vendrá muy bien a Google, porque el buscador no deja de estar en su misma situación", explica el abogado Javier de la Cueva, conocedor del derecho internacional sobre propiedad intelectual. Para que el juez no los coloque a ese mismo nivel, Google trae a colación dos casos históricos que han marcado el desarrollo de la tecnología en Estados Unidos y, por ende, el resto del mundo.
En uno, Sony le ganó la partida a Hollywood, que le acusaba de alentar la piratería con su sistema de vídeo Betamax en los primeros años ochenta. En el otro, la industria musical consiguió cerrar el programa P2P Grokster hace diez años. Según los jueces, el vídeo de Sony estaba pensado para usos legítimos, aunque con él también se pudieran copiar películas, mientras que Grokster se diseñó para descargar música con copy-right. Para Google, la sentencia podría socavar esta doctrina sobre la responsabilidad, frenando el desarrollo tecnológico.
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