Libertad Digital
El subsecretario de Defensa William Lynn dijo que el ataque ocurrió después de que una unidad de memoria flash infectada fue insertada en una computadora portátil del Ejército en una base en Oriente Medio, lo que subió un código computacional malicioso a la red del Comando Central.
"Ese código se extendió sin ser detectado tanto en sistemas clasificados como en aquellos que no lo son, estableciendo una suerte de puesto de avanzada digital desde la cual se podían transferir datos a servidores bajo control extranjero", escribió Lynn en un artículo para la edición de la revista Foreign Affairs publicada este miércoles.
"Este incidente, previamente clasificado, fue la violación más significativa de computadoras militares estadounidenses en la historia", agregó.
Lynn no dijo qué agencia de espionaje estuvo tras el ataque. Pero él indicó que más de 100 de estas organizaciones tratan de ingresar a las redes estadounidenses.
"Algunos gobiernos ya tienen la capacidad para afectar elementos en la infraestructura informática estadounidense", escribió.
Cada año los piratas informáticos roban, desde agencias del Gobierno estadounidense, empresas y universidades, una cantidad de datos que sería suficiente para llenar varias veces la Biblioteca del Congreso, explicó Lynn.
Cuando se trata de ataques contra el Ejército, la dificultad para identificar a los culpables detrás de los ataques complica la respuesta ante esas acciones y los hace atractivos para los gobiernos hostiles, señaló el funcionario.
"Los ciberataques ofrecen un medio para que adversarios potenciales superen las enormes ventajas de Estados Unidos en poder militar convencional, y en maneras que son instantáneas y muy difíciles de rastrear", escribió
Lynn dijo que el ataque fue una llamada de alerta para el Pentágono, que desde entonces lanzó un Ciber Comando y tomó medidas para reforzar sus defensas.
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