La Nacion
Llamémosla la paradoja de la ingeniería en India. A pesar del surgimiento de esta nación como un titán de la tecnología, con alguna de las mejores mentes del mundo en el campo de la ingeniería, todo el potencial económico de este país asiático está siendo ahogado por rutas con baches , puentes que colapsan, vías de ferrocarril desvencijadas y una red eléctrica tan poco fiable que muchos edificios modernos de oficinas cuentan con sus propios generadores diesel para asegurarse que haya luz y que puedan funcionar las computadoras.
No es por falta de dinero. El gobierno de India piensa gastar 500 mil millones de dólares en infraestructura para el año 2012 y el doble de esa cifra en los próximos cinco años.
El problema es la escasez de ingenieros o, al menos, de ingenieros civiles con la habilidad y experiencia suficiente como para asegurarse de que esos ambiciosos proyectos se hagan dentro del tiempo estipulado y de acuerdo con las especificaciones establecidas.
La ingeniería civil fue, alguna vez, una ocupación de elite en India, no solamente durante la era de la colonia británica, donde se construían rutas y se tendían líneas de ferrocarril, sino también mucho después de la independencia, como parte de la administración pública. Por estos días, sin embargo, los mejores y más inteligentes recursos del país saben que hay más dinero y prestigio en la tarea de escribir software para clientes extranjeros que en la construcción de rutas para su nación.
Y es así que, Vishal Mandvekar, de 26 años, a pesar de haberse recibido de ingeniero civil, ahora escribe códigos de software para una empresa automotriz japonesa.
Mandvekar trabaja en un edificio con aire acondicionado y con todas las comodidades de Silicon Valley, aquí en Pune, una ciudad con un rápido desarrollo, que está ubicada a aproximadamente 161 kilómetros al este de Bombay. Sin embargo, ir y volver del trabajo a su casa le lleva una irritante hora en motocicleta, recorriendo por las rutas abarrotadas de gente, y repletas de baches, en tan sólo 14 kilómetros de distancia.
Durante la temporada de monzones, la mayoría de los baches "están llenos de agua y no se puede saber cuán profundos son hasta que uno no queda atascado", dijo Mandvekar.
Arreglar todo eso, sin embargo, seguirá siendo el problema de algún otro ingeniero.
Mandvekar gana aproximadamente 765 dólares por mes. Eso es más de tres veces lo que le pagaron durante la breve temporada en la cual trabajó para un contratista comercial supervisando la construcción de albergues para un grupo religioso, después de obtener su título, en el año 2006.
"Fue divertido hacerlo", dijo sobre el trabajo de construcción. "Mi único motivo de descontento fue lo que pagaban".
La preferencia de los jóvenes de India por el software por sobre el acero y el concreto plantea un acertijo económico para este país. Su muy envidiada industria de la tecnología de la información genera decenas de miles de puestos de trabajo por año, relativamente bien pagos. Pero ese atractivo también hace que continúe el éxodo de personas calificadas para construir la infraestructura que necesita desesperadamente a fin de mejorar las condiciones de vida para el resto de su población, de 1000 millones de personas (y para reforzar la clase de industrias que requieren buenas autopistas y vías férreas más que vínculos a Internet de alta velocidad para Occidente).
En el año 1990, los programas relacionados con la ingeniería civil tenían capacidad para inscribir a 13.500 estudiantes, mientras que los departamentos de ciencias y de tecnología de la información podían aceptar sólo 12.100. No obstante, para el año 2007, después de un período de increíble crecimiento en los negocios de tercerización de software, la ciencia de la computación y otros programas asociados a la tecnología de la información se inflaron hasta alcanzar los 193.500 inscriptos, mientras que la ingeniería civil ascendió sólo a los 22.700. Con frecuencia, quienes eran admitidos en los programas de ingeniería civil eran postulantes que no habían sido tenidos en cuenta por antecedentes altamente competitivos en la ciencia de la computación.
Existen otras varias razones por las cuales India ha luchado para construir una moderna infraestructura, incluyendo la escasa planificación, la intromisión política y la indiscutible corrupción. Pero el almacenamiento de ingenieros civiles es un factor importante. En el año 2008, el Banco Mundial estimó que India necesitaría capacitar tres veces más ingenieros civiles de los que capacita ahora para satisfacer sus necesidades de infraestructura.
El gobierno ha "reactivado un programa masivo de desarrollo de infraestructura sin revisar la cantidad de personal disponible", dijo Atul Bhobe, quien es el director gerente de S. N. Bhobe & Asociados, una compañía de diseño en ingeniería civil. "El gobierno desea gastar mil millones de dólares", señaló, "pero no se cuenta con los recursos para gastar esa clase de dinero".
Sujay Kalele, quien es un ejecutivo de Kolte-Patil, un desarrollador de edificios residenciales y comerciales, con base en Pune, dijo que los proyectos de la compañía se podrían completar hasta tres meses más rápido si pudiera hallar ingenieros capacitados.
"Si necesitamos 10 ingenieros civiles de buena calidad, quizás consigamos cuatro o cinco", dijo Kalele.
Más allá de las demoras en la construcción y de los baches, afirman los expertos, la escasez de ingenieros plantea indiscutidos peligros. El año último, por ejemplo, colapsó un muy alabado puente que formaba parte del sistema de subterráneos de Nueva Delhi. En dicha oportunidad, murieron seis personas y más de una docena de trabajadores sufrieron heridas. Un informe del gobierno anunció que, en parte, la causa del accidente había sido un diseño defectuoso del puente; los funcionarios del subterráneo afirmaron que ahora solicitarían una revisión adicional de todos los diseños realizados por ingenieros independientes.
Reconociendo la crónica escasez de ingenieros civiles y de otros especialistas en India, el gobierno nacional está construyendo 30 universidades y está analizando si permite que instituciones extranjeras establezcan ciudades universitarias en dicho país.
"India se ha embarcado en su mayor programa de expansión de la educación desde su independencia", señaló el primer ministro, Manmohan Singh, en un discurso que dio el año último, en Washington.
Pero el gobierno quizás tenga tanta influencia únicamente en lo que estudian los alumnos. Y, mientras el gobierno de India maneja o financia algunas de las universidades más prestigiosas del país, como por ejemplo el Instituto de Tecnología de India, las instituciones privadas, de rápido crecimiento, ahora capacitan a más estudiantes. Aproximadamente tres cuartos de los alumnos de ingeniería estudian en universidades privadas.
Más aún, muchos ingenieros civiles que obtienen títulos en esta disciplina nunca trabajan en la profesión o, como Mandvekar, la abandonan pronto después de graduarse para aceptar trabajos mejor pagos en el área de la tecnología de la información, de la consultoría gerencial o de los servicios financieros.
Los expertos en la industria afirman que un gran obstáculo para atraer a más ingenieros civiles es el mísero sueldo que se gana al ingresar. Ese campo fue considerado relativamente lucrativo hasta la década de 1990, cuando fue eclipsado por el sueldo que se puede ganar en la ingeniería de software comercial.
Ravi Sinha, un profesor de ingeniería civil en el Instituto de Tecnología de India, en Bombay, dice que los profesionales de esta área, con cinco años de experiencia, ganan casi lo mismo que sus pares en las compañías que se dedican a la tecnología de la información. Pero quienes comienzan en este trabajo, pueden ganar apenas la mitad del sueldo de sus pares en el campo de la tecnología.
Eso se debe, en parte, al modelo establecido por los departamentos del gobierno, donde los salarios para los ingenieros civiles con frecuencia se fijan de acuerdo con fórmulas de la administración pública prácticamente inmutables.
Y, en el sector privado, los desarrolladores y las compañías dedicadas a la construcción con frecuencia se han negado a pagar más y a invertir en la capacitación de ingenieros jóvenes porque los ejecutivos consideran que los recién recibidos no contribuyen lo suficiente como para merecer más dinero o creen que se irán a otros trabajos, de todos modos.
"Si las compañías adoptan una mirada holística", dijo Sinha, "tienen la oportunidad de hacer surgir a los líderes de la próxima generación".
De hecho, en los últimos años, el auge de la construcción ha llevado a que se paguen salarios más elevados en la industria privada. Kolte-Patil ahora paga 425 dólares por mes a los ingenieros junior, casi el doble del nivel registrado hace cinco años.
Larse & Toubro (L. & T.), una firma de ingeniería, que construye aeropuertos, diseña proyectos de energía y otra infraestructura, y que tiene base en Bombay, ofrece becas (Build India Scholarship) para estudiantes que desean obtener una maestría en tecnología de la construcción y administración. El programa produce de 50 a 60 graduados por año; dichos profesionales son contratados por esta compañía.
"No se obtiene la mejor calidad en ingenieros civiles porque, en la actualidad, los estudiantes primero eligen otras ramas", dijo K. P. Raghavan, el vicepresidente ejecutivo de la división de construcciones de L. & T. "Estamos compensando con mucha capacitación".
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