Un estudio publicado la pasada semana en la revista Pediatrics ha hecho saltar las alarmas. Según los datos que manejaban los autores coordinados por el Instituto Nacional de Ciencias de la Salud Ambiental y el Instituto Nacional del Cáncer de EEUU, el 10,4% de las niñas blancas desarrollaba el botón mamario (el hito que marca el inicio de la pubertad, el principio del crecimiento de los pechos) a los 7 años, mientras que el 18,3% lo hacía a los 8 años.
No era la primera vez que los especialistas alertaban sobre este problema, pero nunca se habían establecido fechas tan precoces de inicio de la adolescencia. El estudio de Pediatrics demuestra que la percepción anterior no sólo se confirma, sino que continúa con una tendencia a la baja.
Dejando a un lado que las cifras en España distan de ser tan elevadas aunque no hay estudios nacionales, un trabajo danés publicado también en Pediatrics en 2009 cifraba la edad de desarrollo del pecho en 10 años, en lugar de los 11 registrados 15 años antes, los especialistas reconocen que el adelanto de la pubertad también es una realidad en el territorio nacional, motivada sobre todo por el aumento de la obesidad infantil, que se ha triplicado en 25 años (del 4% al 15%).
Más allá de los cambios sociológicos que implica esta situación, el adelanto de la pubertad tiene consecuencias importantes en la salud de las futuras mujeres. Como explica a este diario uno de los autores, el epidemiólogo de la aseguradora médica Kaiser Permanente Lawrence Kushi, el estudio se realizó para examinar la relación entre los factores ambientales y el desarrollo de cáncer de mama. "La razón para estudiar la pubertad en este contexto es que las niñas que maduran antes tienen un mayor riesgo a largo plazo de cáncer de mama. Por esta razón, entender por qué algunas niñas experimentan la pubertad antes es un asunto de gran interés", apunta.
No es una enfermedad
Este experto precisa que las niñas analizadas en su trabajo no tienen "pubertad precoz como entidad clínica"; es decir, no se desarrollan antes por una enfermedad sino, simplemente, por la combinación de factores ambientales que los investigadores están tratando ahora de dilucidar."Nuestro trabajo está estudiando si la exposición a químicos presentes en el ambiente con actividad hormonal puede jugar también un papel importante. Por ejemplo, en nuestra muestra hemos analizado los niveles en sangre y orina de las niñas expuestas a químicos que se encuentran en algunos plásticos, como el bisfenol A [que se utiliza para fabricar envases y biberones] y a químicos usados para construir materiales resistentes al fuego, como los éteres difeniles polibrominados (PBDE), que cada vez están más presentes en el medio ambiente y pueden afectar al metabolismo de las hormonas sexuales", comenta Kushi.
Este especialista considera que la edad de inicio de la pubertad también puede estar disminuyendo en Europa. "Tenemos tendencias sociales parecidas, como el incremento del sobrepeso y la menor actividad física", explica. "Aunque la Unión Europea tiene, en algunos aspectos, una mejor regulación de la exposición a químicos, estos siguen siendo ampliamente utilizados, por lo que si se confirma que juegan un papel importante, esperamos ver efectos similares en los europeos", añade el experto.
Contaminantes ambientales
Para la endocrina infantil del Hospital Sant Pau de Barcelona Lourdes Ibáñez, sin embargo, en el asunto de los contaminantes "nadie ha conseguido poner el dedo en algo concreto". Por esta razón, la auténtica batalla para luchar contra el inicio precoz de la pubertad se debe centrar en el sobrepeso y la obesidad. "Es algo que hay que atacar desde la salud pública, hay que cambiar la educación de los padres y de las familias, y hay que conseguir que la comida sana sea más barata que la comida basura", especifica esta experta que se define como "pesimista" con respecto a la evolución de la situación en España.Ibáñez, al igual que los estadounidenses, insiste en dejar claro que, en la mayoría de los casos, lo que se observa en las consultas no es una enfermedad, sino lo que ella define como un "epifenómeno". El inicio de la pubertad está determinado por los genes pero la obesidad está modificando su comportamiento. "Está provocado por la relación de las hormonas con el sobrepeso, que hace que estas se pongan en marcha y despierten al hipotálamo antes de tiempo, lo que adelanta la pubertad", explica la experta, que enumera los problemas que supone este adelanto. "El cuerpo tiene estrógenos durante más tiempo, lo que incrementa el riesgo de cáncer de mama pero, además, se adelantan los comportamientos de adolescente, incluyendo algunos socialmente inadecuados como los relacionados con drogas o sexualidad irresponsable", subraya.
Pero, además, el adelanto de la pubertad tiene como consecuencia que las chicas que dan el llamado gran estirón antes de la adolescencia y no suelen crecer más de seis centímetros a partir de esta etapa limitan de esta forma su tiempo de crecimiento. El resultado: niñas de menor talla. Este dato es uno de los mencionados por los autores del estudio de Pediatrics, que explican que diversos informes han demostrado que una maduración precoz en las niñas está asociada con una autoestima más baja y una imagen corporal menos favorable.
Del pediatra al endocrino
Lourdes Ibáñez señala que la media de edad de inicio de la regla lo que sucede aproximadamente un año y medio más tarde del desarrollo del pecho se ha adelantado en España de los 12 a los 10,5 años, por lo que la población más difícil de evaluar es la de las niñas que inician la pubertad entre los 7 y 9 años, "algo que no es ni precoz ni normal". En estos casos, los endocrinos hacen un seguimiento a las menores, con especial énfasis en que dejen atrás el estatus de obesidad.Los pediatras son, sin embargo, los primeros especialistas que atienden a los padres de niñas precozmente adolescentes. La presidenta de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap), Begoña Domínguez, quita algo de hierro a este asunto afirmando que "el aumento no es algo dramático por el momento", aunque sí ha habido un adelanto "de algunos meses" en el inicio de la pubertad.
La experta cree que hay que leer con cuidado los estudios epidemiológicos, porque la edad de inicio de la pubertad debe de evaluarse de acuerdo a la dotación genética. Así, Domínguez reflexiona sobre el hecho de que las estadísticas incluyan datos de niñas inmigrantes de Latinoamérica, "cuya dotación genética ya determina que entren antes a la pubertad", aunque reconoce que existe una "aceleración favorecida por la obesidad".
Esta pediatra cree que los padres "deben prepararse para que cuando llegue la pubertad no sea un drama", algo que, a su juicio, falla porque las menores "están sobreprotegidas". Además, insiste en que sólo se deben de preocupar si el botón mamario aparece a los 7 u 8 años. "Si es cerca de los 9 años, ya puede ser normal, sobre todo si es una tendencia familiar", concluye.
El desarrollo del botón mamario es el signo de inicio
DefiniciónLa aparición del botón mamario (el origen de los pechos) es clave para saber que ha comenzado la pubertad. Esto sucede cuando los estrógenos (hormonas femeninas) provocan que se ponga en funcionamiento una región del cerebro, el hipotálamo que, a su vez , hace que se desarrollen los ovarios. Los siguientes signos de la pubertad son la aparición del vello público y el aumento de los labios mayores de la vulva.
Enfermedad
Según la endocrina pediátrica del Hospital Sant Pau de Barcelona Lourdes Ibáñez, los padres han de preocuparse si el botón mamario aparece antes de los 7 u 8 años, lo que será signo, en la mayoría de los casos, de pubertad precoz como enfermedad. Aunque los especialistas saben que la hormona liberadora de gonadotropina (GnRH) retrasa el inicio de la pubertad, no pueden utilizarla porque frena también el crecimiento. Así, la acción terapéutica más inmediata va encaminada a acabar con la obesidad. Sin embargo, en algunas ocasiones es necesaria la utilización de un medicamento para “intentar que los niveles de las hormonas sean más normales”, dice Ibáñez. Se trata de la metformina, un fármaco “perfectamente seguro” que se ha usado frente a la diabetes, añade.
Factores de riesgo
Además de ser obeso en el momento actual, haber sido un niño de bajo peso y haberlo recuperado rápidamente (algo común en adoptados) es también un factor de riesgo.
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