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2010/08/14

El campo de fútbol como unidad de medida

ABC

Seguro que en alguna ocasión has leído y oído en blogs y medios de comunicación expresiones del tipo «el hangar tenía una superficie equivalente a seis campos de fútbol», «la superficie calcinada crece a un ritmo de veinte campos de fútbol por día» o «con los discos vendidos por el artista que se podrían llenar dos campos de fútbol». El deporte rey parece habernos brindado un elemento recurrente cuando de expresar cantidades se trata; una nueva unidad de medida: el campo de fútbol.
Álvaro Ibáñez se topó ayer con ésta: «Todos los residuos nucleares del mundo caben en un campo de fútbol» y aprovechó la ocasión para rescatar uno de los textos más hilarantes del blog Microsiervos, en el que se enumeraban algunos ejemplos encontrados en medios digitales sobre esta original unidad de medida: Sistema métrico «campofutbolero». Os invitamos a leerlo y a proponer otros usos que hayáis encontrado en la Red.
La costumbre de recurrir a este rectángulo de juego tiene un origen práctico. El fútbol es un deporte conocido y practicado en casi todo el mundo, casi todos hemos visto un campo de fútbol en alguna ocasión. Es sencillo imaginar la magnitud aproximada de una superficie expresada de esta forma; en cambio, la representación mental de veintiséis hectáreas o cien kilómetros cuadrados se antoja más compleja sin referencias de uso habitual.
Este convencionalismo tiene un inconveniente que ya se encargó de señalar el microsiervo: el ancho de un campo de fútbol puede variar entre 45 y 90 metros; su largo, entre 90 y 120 metros. Así, puede que cuando contemos a dos amigos que aquella playa tenía la superficie de tres campos de fútbol, uno de ellos imagine una cala recoleta y el otro, en cambio, un litoral inabarcable.

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