Dentro del compromiso para concentrar en Haití el mayor esfuerzo de ayuda humanitaria en la historia de Estados Unidos, el Pentágono espera tener en posición 10.000 efectivos militares el lunes mismo. Un contingente formado por efectivos de los marines, paracaidistas y múltiples unidades navales encabezadas por el portaaviones «Carl Vinson». Además del «Confort», hospital flotante con casi un millar de personal médico, que ayer partió desde el puerto de Baltimore.
«Estamos preparados para quedarnos todo el tiempo que haga falta», aseguró ayer el jefe de Operaciones Navales, el almirante Gary Roughead, al subrayar las dimensiones de la catástrofe en Haití, donde un ministro el sábado mencionaba la posibilidad de que el número de muertos pueda llegar hasta los 200.000.
Además, el pillaje, el caos y los enfrentamientos se apoderan de las calles de la capital de un país acostumbrado al espectáculo de las luchas intestinas, machete en mano, entre las diferentes facciones.
Por su parte, el vicepresidente, Joe Biden, afirmó que la reconstrucción de Haití seguirá siendo una prioridad para EE.UU., incluso después de que desaparezca de los titulares de los medios. El presidente Obama, dijo Biden, «no ve esta misión humanitaria como un ciclo vital de un mes».
Crecientes tensiones
El Pentágono ya se ha hecho cargo del aeropuerto de Puerto Príncipe para intentar que no se convierta en un cuello de botella de los suministros que llegan por avión. Pero también aspira a organizar patrullas armadas para calmar crecientes tensiones y problemas de seguridad. Además de aportar múltiples helicópteros y medios para producir agua potable.
Además, las tropas estadounidenses son ya las que han asumido el control de los pasos fronterizos con la República Dominicana, organizando una cabeza de puente para el avance de la ayuda humanitaria. Hillary Clinton tuvo ayer oportunidad de inspeccionar sobre el terreno cómo avanzan estos esfuerzos.
Mientras, en la Casa Blanca, Barack Obama se reunió con sus dos inmediatos predecesores -George W. Bush y Bill Clinton, representantes de todo el espectro sociopolítico estadounidense- para crear un fondo que con el nombre de Clinton Bush Haiti Fund tendrá como objetivo recaudar ayudas y donaciones para Haití, algo que con tanta generosidad se materializó tras el tsunami asiático de 2004. El gobierno federal formalizó además medidas de gracia para los inmigrantes sin papeles procedentes de Haití.
El protagonismo norteamericano está levantando alguna ampolla en la antigua metrópolis francesa. París cuestionó ayer la gestión del aeropuerto de Puerto Príncipe por parte de EE.UU, después de que se rechazara el aterrizaje de un avión galo con ayuda de emergencia para las víctimasí y se desviara a Santo Domingo.
Miles de afectados
Mientras tanto, decenas de miles de personas afectadas por el terremoto viven ahora en las calles y en campamentos improvisados que cubren casi cada centímetro de los espacios públicos abiertos en Puerto Príncipe, según responsables del Comité Internacional de la Cruz Roja presentes en la ciudad. El portavoz del CICR Simon Schorno, quien pudo visitar varias zonas de la ciudad el viernes, entre ellas Christ-Roi, Nazon, Centre-Ville, Delmas y Canape-Vert, señaló que «el caos es total».
Mientras tanto, decenas de miles de personas afectadas por el terremoto viven ahora en las calles y en campamentos improvisados que cubren casi cada centímetro de los espacios públicos abiertos en Puerto Príncipe, según responsables del Comité Internacional de la Cruz Roja presentes en la ciudad. El portavoz del CICR Simon Schorno, quien pudo visitar varias zonas de la ciudad el viernes, entre ellas Christ-Roi, Nazon, Centre-Ville, Delmas y Canape-Vert, señaló que «el caos es total».
«Hay destrucción en todos los barrios. La gente anda de un lado a otro, buscando comida, ayuda. Muchos llevan mascarillas para protegerse del mal olor de los cadáveres en descomposición, no hay tiendas para refugiarse, no hay bolsas de plástico, no hay lugares para cocinar, ni retretes», señalaba Schorno.
La situación es aprovechada por algunos para el pillaje. Aproximadamente un millar de personas se vieron implicadas ayer en una violenta pelea desatada en el centro de Puerto Príncipe entre grupos de saqueadores. Los violentos emplearon piedras, cuchillos, picos y martillos para intentar hacerse con camisetas, bolsas, juguetes y otros objetos robados de viviendas y comercios de una calle del centro de la capital haitiana. La Policía, presente antes del incidente, no intervino.
Vecinos «superados»
En esta situación de altísima inseguridad, las organizaciones humanitarias siguen luchando por rescatar vivos bajos los escombros y atender a decenas de miles de heridos. Muchos continuaban llegando ayer en masa a los desbordados hospitales dominicanos en la frontera.
Los heridos presentan todo tipo de traumas, así como lesiones abiertas severas e infecciones, según señalaron a las agencias médicos dominicanos desplazados hasta la zona y que calificaron de «indescriptible» la situación que se vive en los centros de salud de la frontera con Haití tras el seísmo. El coordinador de emergencia de uno de ellos se declaraba «superado» ante la imposibilidad de atender a miles de heridos en sus limitadas instalaciones.
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