No lo dice el Plan Concilia de Zapatero sino los estudios de los expertos. De hecho, son muchos los estudios y datos acerca del incremento la productividad como consecuencia de trabajar en casa. Todos ellos apuntan a un claro win-win (gano gano) para el trabajador y la empresa. Se acaba de golpe y porrazo el concepto de fichar y de meter horas mirando el reloj de soslayo cuando un compañero entra o sale del trabajo. Se acaban los madrugones y las largas jornadas delante del ordenador incluso cuando no haya nada que hacer. El trabajo en casa se mide por objetivos y resultados, permite conciliar la vida laboral y familiar y, además, podrá celebrar todos los cumpleaños de sus hijos. Desde el punto de vista del empresario, se reducen los costes derivados de un puesto fijo en la oficina y se benefician de una mayor motivación y del resultado del trabajo neto.
En Estados Unidos, el concepto de home office está muy extendido y perfeccionado, y en este sentido, el célebre portal Lifehacker sugiere un decálogo de consejos para obtener el máximo rendimiento, recomendaciones que van desde poner música de fondo (está demostrado que incrementa la productividad), hasta colocar una planta cerca en un entorno tranquilo. En cualquier caso, sepa que la tecnología ha ido derribando uno a uno los argumentos que los jefes tradicionales esgrimían para tener a sus empleados a tiro.
Así, para trabajar en casa sólo hace falta contar con un escritorio en un lugar tranquilo, una línea de teléfono y ADSL, y por supuesto, un ordenador. Son muchas las empresas que costean las conexiones y facilitan el acceso a sus servidores de forma remota. En cualquier caso, se está extendiendo el uso de Skype y Google Talk como herramientas de comunicación interna en las empresas. Son fiables, son inmediatos, dejan traza y lo mejor de todo: son gratuitos.
Aunque sea difícil superar el peso de la tradición, sepa que una reunión puede llevarse perfectamente a cabo con los programas de mensajería mencionados y, si se quiere llevar el asunto a mayores, se dispone de soluciones más profesionales como Breeze de Adobe. La parte "visual" de las reuniones remotas se suple perfectamente con webcams, bien integradas en el ordenador, o gracias a las cámaras de última generación como las QuickCam de Logitech, que cuentan con autofocus y lente de Carl Zeis. En todo caso, el trabajo en casa puede combinarse con un desplazamiento semanal a la sede para solventar temas que exijan la presencia física del trabajador.
Google ha tenido en cuenta esta imparable tendencia, y todas sus soluciones son idóneas para esta forma de trabajar. Cada vez son más las empresas que comparten las agendas de los trabajadores -remotos y presenciales- con Google Calendar, y comparten documentos de Office en la suite ofimática del gigante americano. Por otro lado, ¿sabía que el servidor de correo gratuito de Google, GMail, permite integrar todas sus cuentas de correo en una misma página?
Esta nueva forma de entender del trabajo cuenta, pese a todo, con fuertes reticencias entre algunos trabajadores y es que muchos temen que al eliminarse físicamente su mesa en la oficina estén más cerca de "irse a casa", en el sentido eufemístico de la expresión. Si se vencen los tabúes, este nuevo orden promete satisfacciones a ambos bandos de la relación laboral, y la tecnología pone los medios holgadamente y de forma económica para que la experiencia sea un éxito.
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