La Comisión Europea ha asestado un duro golpe a las entidades de gestión de derechos de autor. Desde hoy, la Sociedad General de Autores (SGAE) y otras 23 sociedades de la UE deberán eliminar las restricciones territoriales que imponen en sus contratos de venta de licencias para difundir música por Internet, por cable o por satélite.
Dichas restricciones impiden que un usuario comercial, por ejemplo una televisión por satélite, pueda obtener una licencia que cubra varios Estados miembros y le obligan a negociar con la sociedad nacional de cada Estado miembro.
El Ejecutivo comunitario exige además que se supriman las cláusulas que impiden a los autores escoger una sociedad de gestión de derechos distinta a la de su Estado miembro. Ambos tipos de cláusulas vulneran, según Bruselas, la legislación comunitaria que prohíbe los cárteles y las prácticas comerciales restrictivas. Pese a este incumplimiento, la Comisión ha decidido no imponer una multa a las sociedades de gestión de derechos sino únicamente obligarles a cambiar sus prácticas.
Bruselas lanzó la investigación sobre este caso a raíz de las denuncias presentadas por el grupo de radiodifusión luxemburgués RTL y del proveedor británico de música por Internet Music Choice.
El portavoz de Competencia, Jonathan Todd, ha explicado que esta decisión permitirá que los usuarios comerciales puedan obtener de una sociedad de gestión licencias para más de un Estado miembro. Ello supondrá un impulso para la difusión de música por satélite, cable e Internet, según la comisaria de Competencia, Neelie Kroes.
El Ejecutivo comunitario asegura que la decisión "beneficiará mucho" a los autores porque les permitirá acudir a la sociedad de gestión que les garantice el mejor trato y sea más eficiente. Las sociedades de gestión deberán así competir entre ellas en cuanto a la calidad de sus servicios y el nivel de gastos administrativos que aplican, según la Comisión.
Pero el portavoz ha insistido en que en ningún caso se cuestiona el derecho de estas sociedades de fijar en su propio territorio el nivel de royalties que percibirán los músicos. Bruselas tampoco pretende socavar el principio de gestión colectiva por los derechos.
La Alianza de Compositores y Autores Musicales -que representa entre otros a Paul McCartney, Mark Knofler, Benny Anderson (Abba) o a los Bee Gees?ha criticado la decisión de Bruselas por considerar que afectará negativamente a los ingresos que reciben los músicos al destruir el sistema actual, que permite a sus sociedades de gestión cobrar los royalties más allá de sus fronteras. Los autores aseguraron además que se trata de un ataque a la diversidad cultural porque sólo se beneficia a los usuarios multinacionales y se perjudica a las discográficas independientes y a sus autores.
Por su parte, la Confederación Internacional de Sociedades de Autores y Compositores (CISAC), que agrupa a todas las sociedades de gestión europeas, ha lamentado también la decisión de Bruselas porque a su juicio "conducirá inevitablemente a una fragmentación catastrófica del repertorio y por lo tanto a una incertidumbre legal para los usuarios de música" y en ningún caso beneficiará a los creadores.
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