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2011/09/12

Una supercomputadora para predecir la revolución

Suele decirse que las noticias son el borrador sobre el que se escribe la historia, pero ¿qué tal si pudieran ser la materia prima para predecir el futuro?
Para eso haría falta un muy buen archivo periodístico, una supercomputadora y un equipo de técnicos que sepa leer curvas, mapas y tendencias, según el experimento realizado por un grupo de la Universidad de Illinois en Estados Unidos.

El equipo estadounidense se concentró en los procesos que desembocaron en la llamada Primavera Árabe.
Tras analizar millones de artículos de prensa, el estudio encontró cómo se iba deteriorando el ánimo popular en los días que precedió a las rebeliones en Egipto y Libia.
Y aunque se trató de un ejercicio en retrospectiva, los científicos aseguran que se podría usar para vaticinar eventos sociales futuros.
Los investigadores también aseguran haber determinado con gran precisión la localización del abatido líder de Al-Qaeda, Osama bin Laden.
Los responsables del trabajo consideran que por el tiempo que le tomó a Washington encontrar a Bin Laden y por el apoyo que le mantuvo hasta última hora al destituido presidente egipcio, Hosni Mubarak, en ocasiones el análisis de la información publicada puede dar mejores pistas que las altas fuentes de inteligencia.

Algunos requisitos

Acceder a ese conocimiento sólo le será posible a quienes tengan una supercomputadora. En este caso una SGI Altix -conocida como Nautilus- con un procesador 1024 Intel Nehalem con capacidad de procesar 8,2 teraflops (un billón de operaciones por segundo).
También hay que disponer del archivo del centro de monitoreo de prensa mundial de la BBC (BBC Monitoring) y del Open Source Center, un centro de documentación de información internacional del gobierno de EE.UU.

Con esas herramientas, Kalev Leetaru y su equipo del Instituto de Computación en Humanidades, Artes y Ciencias Sociales de la Universidad de Illinois procedieron al análisis de más de 100 millones de artículos de prensa, incluyendo todo el archivo del New York Times desde 1945.
Los reportes se concentraron en dos tipos de información: el factor ánimo (si los artículos reflejaban buenas o malas noticias) y ubicación (dónde ocurrían los eventos y la localización de otros participantes en la historia).
Para calibrar lo anímico crearon una función de "exploración automática de sentimiento" centrada en adjetivos calificativos como "terrible", "horroroso", "bueno" o "agradable"
En cuanto a la "geocodificación", se buscaron las menciones de lugares específicos, como El Cairo, y se convirtieron en coordenadas para ser trazadas sobre un mapa.

Mejor que la CIA

La Nautilus generó gráficos para los diferentes países que experimentaron la llamada Primavera Árabe.
En cada caso, los resultados mostraron una notable caída anticipada en el ánimo, tanto dentro de cada país, como en la manera en que era reportado desde el exterior.
En el caso de Egipto, el factor sentimiento mostró una dramática caída a principios del 2011, justo antes de que se produjera la renuncia de Mubarak.

Ya en el mes previo, el tono anímico de la cobertura mediática sobre Egipto descendió a un nivel que sólo se había visto en dos ocasiones en los últimos 30 años: en 1991, durante la primera guerra del Golfo, y en 2003, con la invasión estadounidense de Irak.
Los investigadores creen que eso habría dado indicios para predecir el desenlace egipcio.
"El solo hecho de que el que presidente de EE.UU. mantuvo su apoyo a Mubarak, sugiere fuertemente que incluso los análisis de más alto nivel indicaban que Mubarak se quedaría donde estaba", aseguró Leetaru a la BBC.
"Eso es posible si consideras que tienes esos expertos que han estado estudiando Egipto por 30 años, y en 30 años nada le había pasado a Mubarak", dijo Leetaru, quien indicó que los gráficos de su estudio sugerían que algo sin precedentes se estaba dando por aquellos dias.
"Si miras las curvas tonales te dirían que el mundo se está oscureciendo tan rápido y tan fuertemente contra él (Mubarak) que no luce posible que pueda sobrevivir".
Unas caídas similares se evidencian en los gráficos creados para analizar los eventos en Libia y el conflicto en los Balcanes en los años 90.

Bin Laden a 200 kilómetros

Según Leetaru, un análisis global de los reportes de los medios acerca de Osama bin Laden también habría aportado importantes indicios sobre su localización.
Mientras muchos creían que el jefe de Al Qaeda se escondía en Afganistán, la información geográfica sacada de los informes de prensa consistentemente lo ponían en el norte de Pakistán, donde finalmente lo encontró y mató un comando estadounidense.
Aunque sólo un reportaje previo a la operación realizada en abril de 2011 señalaba al pueblo de Abbottabad, donde fue encontrado, los análisis geográficos de la Nautilus crearon un mapa de posible ubicación de 200 kilómetros a la redonda.

Aunque el objeto del estudio fueron eventos del pasado, podrían usarse modelos computarizados para predecir sucesos importantes, basándose en las fluctuaciones anímicas o del sentimiento de las poblaciones.
"Ese es el próximo paso", dijo Leetaru, quien afirma estar desarrollando la tecnología necesaria para que el sistema, trabajando en tiempo real, provea elementos de predicción "muy similar a los que hacen los algoritmos económicos".
Leetaru lo imagina al estilo de los tableros de información bursátil, que permiten ver cómo se han comportado las acciones de las empresas, sólo que él quisiera poder usar esos datos para saber hacia dónde se dirigirán los procesos políticos o sociales.
En ese sentido, las predicciones basadas en información de prensa serían como los reportes meteorológicos, que, como todos sabemos, no son perfectos pero siempre son mejores que simplemente asomarse a la ventana para tratar de adivinar si salimos o no con el paraguas.

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